El debate oral por el femicidio de Cecilia Strzyzowski comenzó este viernes con los alegatos de apertura y las primeras declaraciones testimoniales en el Centro de Estudios Judiciales del Poder Judicial del Chaco. Las audiencias continuarán el lunes con más testigos y en medio de un fuerte operativo de seguridad.
Viernes, 31 de octubre de 2025

Este viernes comenzó formalmente el debate oral y público en el juicio por jurados por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, causa que tiene como principales imputados a César Sena, Emerenciano Sena y Marcela Acuña. La primera jornada se desarrolló en el Centro de Estudios Judiciales del Poder Judicial del Chaco, donde las partes realizaron sus alegatos de apertura y se escucharon los primeros testimonios.
La jornada se desarrolló bajo un fuerte operativo de seguridad en el microcentro de Resistencia, en un recinto acondicionado especialmente. El proceso se inició luego de tres días de selección del jurado popular, encargado de dictaminar la culpabilidad o inocencia de los acusados.
La audiencia fue presidida por la jueza técnica Dolly Fernández, quien antes de las exposiciones iniciales brindó las instrucciones al jurado y explicó las convenciones probatorias, es decir, los hechos reconocidos por todas las partes y que no serán objeto de discusión durante el juicio.
Entre esos puntos, Fernández detalló que César Sena y Cecilia mantuvieron una relación de pareja hasta la fecha del presunto femicidio y contrajeron matrimonio civil el 16 de septiembre de 2022, separándose cuatro días después; y que la sentencia de divorcio fue dictada en diciembre de ese mismo año. También se estableció que se encuentran identificados los números de teléfono de los involucrados y que el domicilio de la familia Sena está ubicado en Santa María de Oro 1460, en Resistencia.

La jueza además enumeró otros hechos reconocidos. Se estableció que entre el 20 de mayo y el 2 de junio de 2023, Marcela Acuña solía retirarse de su casa entre las 7.30 y 9.30 para dirigirse al barrio Emerenciano, las conexiones telefónicas registradas el día del femicidio y el secuestro del celular entregado voluntariamente por Gustavo Melgarejo el 4 de agosto del mismo año.
Los alegatos de apertura
El primer expositor fue el fiscal de Cámara, Martín Bogado, integrante del Equipo Fiscal Especial junto con Jorge Cáceres Olivera y Nelia Velázquez. Luego fue el turno de los representantes de la querella: Gustavo Briend, abogado de Gloria Romero —madre de la víctima—, y Juan Ignacio Díaz, en representación de la Subsecretaría de Género y Diversidad del Chaco.
Posteriormente, expusieron las defensas de los imputados, encabezadas por Ricardo Osuna (defensor de Emerenciano Sena), Celeste Ojeda (defensora oficial de Marcela Acuña y Griselda Reinoso), Gabriela Tomljenovic (defensora de César Sena), Elena Puente (defensora de Fabiana González y José Gustavo Obregón) y Mónica Sánchez (defensora de Gustavo Melgarejo).
Tras los alegatos, declararon los primeros testigos ofrecidos por la fiscalía y la querella: Mercedes Valois Flores y Gloria Romero, tía abuela y madre de Cecilia, respectivamente, quien continuará su testimonio el lunes 3 de noviembre, cuando se reanude el juicio. Tanto las instrucciones iniciales como los alegatos fueron trasmitidos por YouTube, mientras que las testimoniales se difundieron mediante circuito cerrado, para prensa acreditada.
La postura de las partes
Con un relato detallado, el fiscal Bogado reconstruyó la secuencia de hechos que, según la acusación, derivaron en el crimen de la joven de 28 años. “La mataron, la quemaron y creyeron que su poder los haría impunes”, comenzó el fiscal, al señalar directamente a César Sena, acusado como autor material, y a sus padres, Emerenciano Sena y Marcela Acuña, como partícipes primarios del femicidio.
Bogado sostuvo que Cecilia “tenía toda una vida por delante” y que fue víctima de “personas violentas” que la engañaron y decidieron eliminarla cuando ya no pudieron controlarla. Según la hipótesis fiscal, la familia Sena consideraba a la joven una amenaza para su “imperio político y económico”, y planificó su asesinato tras enterarse del casamiento con César.

El fiscal relató que el 2 de junio de 2023, Cecilia ingresó engañada a la vivienda familiar de los Sena, en Resistencia, bajo la promesa de un proyecto laboral en Tierra del Fuego. Allí, entre las 10 y las 10:46, fue asesinada presuntamente por César Sena. Luego —según la acusación— sus padres regresaron al domicilio y coordinaron junto a sus colaboradores la desaparición del cuerpo.
De acuerdo con la exposición del Ministerio Público, el cuerpo fue trasladado en una camioneta hasta el Campo Rossi, propiedad de la familia, donde fue incinerado. Posteriormente, los restos habrían sido recolectados, colocados en bolsas y arrojados al río Tragadero.
Bogado adelantó que durante el juicio se presentarán pruebas técnicas y científicas —ya evaluadas por jueces de garantías—, además de testimonios de familiares, amigos y peritos. “Vamos a reconstruir el antes, el durante y el después del crimen de Cecilia. Cada uno de los imputados fue una pieza esencial en este rompecabezas”, afirmó.
El representante del EFE pidió finalmente al jurado que preste especial atención a las pruebas que se presentarán en las próximas audiencias y anticipó que solicitará el veredicto de culpabilidad para todos los acusados.
“Veredicto de culpabilidad”
Briend fue el segundo orador de la jornada, luego de la exposición del fiscal Juan Martín Bogado, del Equipo Fiscal Especial (EFE). En el inicio de su intervención, el querellante expresó: “La verdad no se quema, y la justicia tampoco”, en alusión a la brutalidad del crimen y a la búsqueda de justicia que impulsa la familia de Cecilia.
El abogado coincidió con el relato del Ministerio Público sobre los hechos y la responsabilidad de los acusados, y aseguró que la querella está “totalmente de acuerdo” con los fundamentos expuestos por la fiscalía. “Estamos plenamente convencidos de la responsabilidad de estas personas. Lo vamos a probar. Hay numerosas pruebas de cargo que implican su responsabilidad”, afirmó.
Briend destacó además la expectativa de la familia ante el inicio del juicio. “Algunos familiares me dijeron ‘por fin empieza el juicio’. Y no lo decían por queja o demora, sino porque sentían que era el principio del fin, el comienzo del camino hacia la justicia por Cecilia”, relató.
En su alegato, el querellante definió a Cecilia como “una joven chaqueña, amiga, hermana, compañera, hija y nieta”, y señaló que “su único error fue haberse enamorado de la persona incorrecta”.
Según sostuvo, César Sena, junto con sus padres Emerenciano Sena y Marcela Acuña, idearon y ejecutaron el crimen. “Fue asesinada en la casa familiar y luego su cuerpo fue quemado en el campo Rossi, en la creencia de que quemando a una persona se anulaba su existencia”, expresó Briend.
El abogado cerró pidiendo al jurado popular que escuche con atención las pruebas y testimonios que se presentarán durante el juicio, y concluyó: “El único veredicto posible para estas personas es el de culpabilidad”.
“La voz de los sin voz”
El tercero en exponer su alegato al jurado fue el abogado Juan Ignacio Díaz, representante de la Subsecretaría de Género y Diversidad de la provincia del Chaco. Díaz expresó que la querella del Estado acompaña a la familia de Cecilia y reafirma el compromiso de buscar la verdad y la justicia. “Hoy decimos basta. Somos la voz de aquellos que no pueden hablar”, afirmó.
El representante del Estado coincidió con el relato del Ministerio Público Fiscal y de la querella particular, destacando que el femicidio de Cecilia fue un hecho planificado y ejecutado con precisión. Señaló que la joven fue engañada con la promesa de un trabajo en otra provincia, lo que permitió que los acusados —César Sena, su padre Emerenciano Sena y su madre Marcela Acuña— ejecutaran el homicidio en la vivienda familiar.

Según Díaz, los colaboradores cercanos de la familia —Gustavo Obregón, Gustavo Melgarejo, Fabiana González y Griselda Reynoso— participaron en el encubrimiento del crimen, incluyendo la desaparición del cuerpo y la eliminación de rastros.
El abogado insistió en que el juicio permitirá al jurado reconstruir cada paso del hecho, con pruebas, peritajes y testimonios de familiares y expertos. “Cada una de las pruebas los llevará a reconstruir el asesinato específico que estamos juzgando”, afirmó.
Con todo, Díaz solicitó que el jurado condene a César Sena por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, así como a Marcela Acuña y Emerenciano Sena, por organizar y planificar el crimen. También pidió la condena de los colaboradores por encubrimiento agravado.
“Una persona de bien”
Durante su exposición ante los miembros del jurado, Ricardo Osuna aseguró que no existe ninguna prueba que vincule a Emerenciano Sena con el crimen y cuestionó duramente la investigación realizada por la Fiscalía y las querellas.
“El señor Emerenciano Sena es una persona de bien, un trabajador que ese día salió temprano a cumplir con sus tareas, como todos los días. No hay ninguna prueba, mensaje o comunicación que lo relacione con los hechos que se investigan”, afirmó el letrado.
El defensor también sostuvo que la causa “fue utilizada políticamente” y que la figura de Sena “fue demonizada”. En ese sentido, señaló: “Se habló de poder político y económico, pero esta causa sirvió para un cambio de gobierno. Si no hay política, no se entiende cómo se construyó esta acusación”.

Osuna remarcó además la ausencia de una “prueba madre” que acredite la muerte de Cecilia: “No hay autopsia, no hay certificado de defunción ni informe que confirme lo que sostiene el Ministerio Público Fiscal, dos años y medio después del hecho”.
El abogado solicitó al jurado que emita un veredicto de no culpabilidad: “Van a escuchar a testigos que demostrarán que Sena no tuvo participación alguna. No hay nada que lo relacione con la víctima ni con su familia. Les pido que, cuando valoren las pruebas, resuelvan lo que es justo”.
“Creo que sucedió algo grave”
A su turno, la defensora oficial Celeste Ojeda, en representación de Marcela Acuña, presentó este viernes por la mañana su alegato de apertura. La abogada afirmó que su defendida es inocente del delito de partícipe necesaria, aunque reconoció que intentó encubrir el hecho tras enterarse de lo ocurrido.
Ojeda sostuvo ante el jurado que Acuña no participó en el crimen ni en su planificación, y que su intervención se dio “después de los hechos”, cuando habría descubierto lo sucedido en su domicilio. “Esa no es la frase de una persona que había planeado matar a alguien. Es la frase de una madre que se acababa de enterar de algo grave que había sucedido en su casa”, dijo la defensora, citando el mensaje que Acuña envió el 2 de junio de 2023 a Fabiana González: ‘Creo que sucedió algo grave con César. Estoy desesperada’.
Según el relato de la defensa, Acuña descubrió una escena sospechosa en su vivienda cerca de las 17 horas de ese día, luego de observar una puerta entreabierta y encontrar una frazada que envolvía lo que aparentaba ser un cuerpo. “No tenía idea de lo que estaba viendo. Salió desesperada y mandó un mensaje. No habló a la policía, no pidió ayuda, pero actuó impulsivamente para proteger a su hijo”, expresó Ojeda.
La abogada reconoció que Acuña pidió a otro de sus colaboradores (también imputado en la causa por presunto encubrimiento) Gustavo Obregón que retirara el cuerpo de la casa, pero aclaró que no dio instrucciones sobre cómo hacerlo ni tuvo contacto con los caseros del campo Rossi, Gustavo Melgarejo y Griselda Reynoso, como sostiene la acusación. “Lo único que quería era que su marido, Emerenciano Sena, no se enterara”, argumentó.
Ojeda negó la existencia de un plan criminal y aseguró que la Fiscalía no podrá probarlo. “No existió ningún plan. Marcela se enteró de lo sucedido después de las cinco de la tarde. Actuó por reflejo de una madre desesperada, tomando decisiones erróneas, pero sin haber participado del femicidio”, remarcó.
La defensora también admitió que Acuña realizó donaciones de muebles y brindó declaraciones públicas en los días posteriores al hecho, aunque insistió en que tales acciones no implican responsabilidad en el crimen. “Este juicio no debe juzgar a un movimiento social ni a un partido político, sino determinar si Marcela cometió el delito que la Fiscalía le atribuye”, concluyó Ojeda, al pedir al jurado que “decida con la razón y no con los prejuicios”. Marcela Acuña, presente en la sala, se quebró durante varios pasajes del alegato de su abogada.
“La muerte no está acreditada”
La abogada defensora de César Sena, Gabriela Tomjlenovic, cuestionó en su alegato la investigación de la Fiscalía. Afirmó que no existe ninguna prueba que acredite que Cecilia fue asesinada y pidió al jurado no dejarse guiar por presunciones ni prejuicios.
“La presunta muerte de Cecilia no está acreditada”, sostuvo la abogada al remarcar que no hay certificado de defunción, ni autopsia ni restos que puedan vincularse científicamente con la joven.
Tomjlenovic comparó la investigación con “un rompecabezas imposible de completar” y señaló que las pruebas presentadas por el Ministerio Público Fiscal “no encajan entre sí”. “Podrán ver muchas piezas, pero ninguna termina de cerrar. Van a encontrar restos que podrían ser humanos, pero no hay certeza de que pertenezcan a Cecilia. No esperen ver eso, porque no lo van a ver”, afirmó.

La abogada también cuestionó los allanamientos y la manipulación de evidencia, asegurando que “los primeros rastrillajes no hallaron nada” y que “quince días después, por obra de arte, aparecieron restos en el mismo lugar”. “Hasta hoy el Ministerio Público no explicó cómo ocurrió eso. Esto constituye manipulación de la evidencia”, denunció.
Por otro lado, rechazó la existencia de un supuesto “plan criminal” y sostuvo que las comunicaciones, los registros de celulares y las cámaras de seguridad “no prueban nada de lo que sostiene la acusación”. “La Fiscalía se encasilló en una teoría y trató de forzar las piezas para que encajen. Pero nunca analizó otras posibilidades, como que Cecilia pudiera haberse ido por sus propios medios o que hubiera intervenido otra persona”, planteó.
Tomjlenovic apeló al principio de inocencia y pidió al jurado que emita un veredicto absolutorio para su defendido. “La Fiscalía tiene la obligación legal de probar la culpabilidad. Nosotros no tenemos que demostrar la inocencia, porque la inocencia se presume. Les pido que observen las pruebas con cuidado y que no se dejen llevar por lo que se presupone”, concluyó.
“Por gratitud hicieron muchas cosas”
La abogada Elena Puente, defensora de Fabiana González y José Gustavo Obregón, presentó este viernes su alegato de apertura. Ambos imputados son señalados como encubridores agravados del crimen, en su rol de colaboradores cercanos a la familia Sena.
Durante su exposición, Puente pidió al jurado “dejar de lado los prejuicios” y entender el contexto personal y social de sus defendidos, quienes —según sostuvo— actuaron por confianza y gratitud hacia la familia Sena, con la que mantenían un vínculo estrecho desde hacía años.
“Quiero que se den cuenta que tanto Fabiana como Gustavo están acá por confiar, por tener gratitud. Ellos se sentían parte de esa familia. Por confianza hicieron muchas cosas, por gratitud hicieron muchas cosas”, expresó la letrada ante el jurado.
Puente relató que Fabiana González ingresó al movimiento social liderado por Emerenciano Sena y Marcela Acuña cuando tenía 15 años, y que desde entonces mantuvo una relación cercana con el matrimonio. Con el tiempo, su pareja, Gustavo Obregón, también comenzó a colaborar con el grupo, especialmente después de atravesar una difícil situación económica.
“Cuando Gustavo se quedó sin trabajo, fue la familia Sena la que lo ayudó, le dio un empleo y lo contuvo. Desde entonces, ellos se sintieron parte de ese núcleo familiar. Criaron a sus hijos junto a los de los Sena, compartieron actividades, vacaciones, todo”, argumentó Puente.

Destacó además que tanto González como Obregón realizaban tareas cotidianas de confianza para Marcela Acuña, como entregar mercaderías, pagar sueldos o trasladar a César Sena. “Fabiana nunca fue a limpiar la casa. Ella era la colaboradora de máxima confianza de Marcela, tenía llaves del domicilio y cumplía con tareas habituales, no ilícitas”, aclaró.
En ese sentido, Puente negó la existencia de cualquier participación en un plan criminal. “Si eso era un plan, entonces era el trabajo habitual de ellos. Hacían lo que siempre hacían”, remarcó.
La abogada defensora solicitó al jurado analizar los hechos “sin prejuicios ni condicionamientos externos” y recordó que la carga de la prueba corresponde a la Fiscalía. “Acá la defensa no tiene que probar la inocencia. Quienes deben acreditar la culpabilidad son los fiscales”, concluyó la abogada.
“Melgarejo tendría que estar como testigo”
Por su parte, la abogada Mónica Sánchez, defensora de Gustavo Melgarejo, casero del campo de los Sena, realizó su alegato de apertura y sostuvo que su defendido es inocente del delito de encubrimiento agravado.
Según planteó la defensora, Melgarejo no participó ni tuvo conocimiento del crimen, y la noche del 2 de junio de 2023 —fecha en la que la fiscalía ubica el hecho— se encontraba en la casa de un vecino, Rodolfo Ríos, junto a su pareja, Griselda Reynoso, su hija y su nieta.
“Ese día fueron a la casa del señor Ríos desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche. Estuvieron cenando, tomando cerveza, como era costumbre. No estaban en el campo”, explicó Sánchez ante el jurado.
La letrada remarcó que su defendido entregó voluntariamente su teléfono celular a la Justicia, donde —según aseguró— se hallaron videos que confirman su presencia en el domicilio del vecino durante el horario en el que se habría cometido el crimen.

“Una persona que no tiene nada que esconder entrega su celular, como lo hizo Gustavo Melgarejo. Él tenía videos de esa noche, con la fecha y hora. Es el típico preso de ‘te llevamos por las dudas’”, sostuvo Sánchez.
Asimismo, señaló que Melgarejo no advirtió la existencia de ninguna “quemazón” en el campo esa noche, ya que “regresó borracho y se fue a dormir”, y que recién al día siguiente notó algo extraño.
“Lo único raro que vio fue una quemazón a la distancia, al otro día. Por eso digo que él no es un imputado, es un testigo. Fue quien acompañó al personal judicial y policial al lugar del fuego”, explicó.
Por último, la defensora cuestionó la validez de la prueba telefónica que vincula a Melgarejo con Gustavo Obregón, otro de los imputados.
“Esa llamada que menciona la Fiscalía duró apenas cuatro segundos. No hay contenido ni prueba de que se haya atendido. Probablemente fue el contestador”, argumentó.
Sánchez cerró su exposición pidiendo al jurado que absuelva a Melgarejo y criticó que lleve más de dos años detenido: “Confío en ustedes, señores jueces. Si no hay prueba, no tiene que haber una persona detenida. Melgarejo tendría que estar acá como testigo, no como imputado.”
“Reinoso es inocente”
La defensora oficial Celeste Ojeda volvió a tomar la palabra, pero esta vez en representación de Griselda Reinoso, imputada por encubrimiento agravado. En su alegato, Ojeda sostuvo que su asistida no tuvo participación alguna en la desaparición ni en la destrucción del cuerpo de Cecilia, y que la acusación de la fiscalía “se basa en suposiciones”.
“¿Cómo se prueba algo que no se hizo? Esa es la pregunta que va a rondar a lo largo de todo este juicio sobre Griselda Reinoso”, planteó la abogada ante el jurado.
Según explicó, el 2 de junio de 2023, fecha en la que la fiscalía ubica el crimen, Reinoso y su entonces pareja, Gustavo Melgarejo, pasaron la tarde y la noche en la casa de un vecino, Rodolfo Ríos, junto a sus familias. Allí —dijo— compartieron un asado, tomaron fotos y grabaron videos, sin saber lo que ocurría fuera del lugar.
“Se juntaron a las cinco de la tarde, las dos familias, y estuvieron toda la noche allí. A las doce regresaron a su casa, en el campo Rossi, propiedad de Emerenciano Sena y Marcela Acuña”, detalló Ojeda.
La defensora aclaró que Reinoso no era casera del campo Rossi, sino que simplemente vivía allí porque era pareja de Melgarejo, quien sí desempeñaba esa función.
“Griselda era ama de casa, cuidaba animales y a su nieta. Es todo lo que hacía. La fiscalía no puede probar que se haya hecho cargo de un fuego, porque eso no pasó y no existió”, enfatizó.

Ojeda adelantó que presentará peritajes y reconstrucciones del terreno para demostrar que desde la vivienda donde se encontraba la pareja no se podía ver la zona donde la fiscalía ubica la supuesta “quemazón”, y que incluso otra persona habría ingresado al campo la mañana del 3 de junio, permaneciendo allí por unos 45 minutos.
También cuestionó la validez de la llamada telefónica de cuatro segundos entre Reinoso y Melgarejo, señalada por la fiscalía como un posible contacto para coordinar el encubrimiento. “Ustedes verán si en cuatro segundos puede darse esa orden que ellos refieren”, dijo la abogada.
Por último, Ojeda subrayó que Reinoso no tenía vínculo ni contacto con Marcela Acuña, y que por lo tanto no recibió órdenes de ella ni de ninguna otra persona. “Voy a demostrar lo que no se hizo, con pruebas, testigos y peritos. Al momento de decidir sobre la responsabilidad de Griselda Reinoso, el único veredicto posible es el de inocencia. Griselda es inocente y nosotros lo vamos a probar”, concluyó.
Con información de Chaco Día por Día