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Se trata del comisario Inspector, Miguel Agued. El Órgano de Control Institucional, dedicado a las investigaciones internas de la Policía chaqueña, detectó presuntas irregularidades en la forma en que se aprobó el curso de entrenamiento en donde se descompensó el oficial, Agustín Duarte, quien posteriormente falleció. Agued fue el ideólogo, coordinador y supervisor de la fatídica capacitación.

Sábado, 28 de junio de 2025

Miguel Agued quedó imputado por el OCI.

Aunque la interpelación al ministro de Seguridad del Chaco, Hugo Matkovich, finalizó abruptamente el pasado miércoles —cuando el funcionario se retiró del recinto sin responder preguntas—, dejó un dato relevante: se conoció la primera imputación formal en el marco de la investigación por la muerte del oficial Agustín Duarte, ocurrida el 9 de mayo pasado durante el desarrollo del Curso Básico Nacional e Internacional de Infantería 2025.

El comisario inspector Miguel Darío Agued, jefe del Departamento Infantería y encargado directo del curso, fue imputado por el Órgano de Control Institucional (dedicado a las investigaciones administrativas internas) por faltas graves previstas en el Reglamento del Régimen Disciplinario Policial (RRDP). Se le atribuye haber impulsado el proyecto de capacitación sin cumplir con los procedimientos administrativos obligatorios previos a su aprobación.

Según el informe del OCI, al que tuvo acceso LITIGIO, Agued omitió someter el proyecto a la evaluación técnica de la División Capacitación del Instituto de Educación Superior de Formación Policial, y tampoco canalizó la propuesta por las vías jerárquicas correspondientes, como exige la Orden General N.º 05/2022. Esta normativa regula de manera estricta la planificación, presentación y autorización de toda actividad formativa en la Policía del Chaco.

A pesar de que el curso recibió el aval de la Jefatura de Policía y se desarrolló entre el 5 de mayo y el 4 de junio en el Centro de Entrenamiento Policial de Colonia Benítez, el procedimiento ignoró todas las etapas reglamentarias que garantizan su viabilidad y seguridad.

Falta de controles 

Agued tenía a su cargo la supervisión integral de la capacitación: desde la logística, materiales antidisturbios, raciones y personal médico, hasta la implementación del reglamento interno, que establecía exigencias físicas y psicológicas rigurosas para los cursantes. Su función, señala el informe, no era simbólica, sino de intervención activa y permanente, lo que incrementa su responsabilidad institucional y funcional.

El informe también aclara que cualquier lesión sufrida durante el curso debía encuadrarse como “acto propio del servicio policial”, lo que refuerza el deber de diligencia por parte de quienes diseñan y ejecutan estas actividades.

“Agued omitió dar cumplimiento a dicho procedimiento reglado, eludiendo las etapas de evaluación técnica y viabilidad, lo que derivó en la aprobación de un curso sin la intervención previa y obligatoria de las áreas técnicas competentes”, indica el informe del organismo que dirige Ricardo Urturi.

Y añade que tales conductas “resultan contrarias a los principios de legalidad, jerarquía, responsabilidad y obediencia que deben regir el accionar de todo miembro de la institución policial, máxime cuando se trata de funcionarios con jerarquía superior, como es el caso del Comisario Inspector Agued, quien tiene un deber reforzado de conocimiento y respeto por las normativas internas”.

Por estos motivos, Agüed fue imputado por transgredir el Artículo 99° del RRDP —Apartado A, inciso 1, y Apartado B, inciso c—, con las agravantes del Artículo 81°, inciso f. De ser declarado culpable, podría ser sancionado con arresto mayor de diez días o suspensión del empleo, afectando severamente su carrera dentro de la fuerza policial.

El caso Duarte

El 5 de mayo pasado, dos agentes que participaban del curso se descompensaron durante una exigente jornada de entrenamiento. El recorrido consistía en un trote desde las instalaciones del Instituto de Formación Policial en Resistencia hasta Colonia Benítez, con una pausa en el Parque Caraguatá para desayuno e hidratación.

Uno de los afectados fue el oficial principal Agustín Duarte, quien debió ser internado de urgencia en el Hospital Perrando. Murió cuatro días después por una falla multiorgánica derivada de una grave condición renal conocida técnicamente como rabdomiólisis. El otro agente, el sargento Guillermo Franco, fue internado en una clínica privada y, tras recuperarse, recibió el alta.

Agustín Duarte murió tras realizar un intensivo curso de entrenamiento.

Duarte, que prestaba servicios en la comisaría de San Martín, integraba el grupo de 47 uniformados que cursaban la capacitación organizada por Agued, con el aval del comisario general José Luis Roveda, director general de Abordaje Territorial.

Tras la muerte de Duarte, el jefe de Policía, Fernando Romero, dispuso la suspensión del curso y se inició una investigación interna para determinar responsabilidades administrativas.

En simultáneo, pese a la gravedad del hecho, la causa penal avanza lentamente. A más de un mes del fallecimiento, no se han tomado testimoniales y el caso continúa caratulado genéricamente como “Duarte, Agustín s/Muerte”. El expediente está a cargo de la fiscal Ingrid Wenner (Fiscalía N° 1), y aún no cuenta con personas formalmente imputadas.

 

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