Un fallo de primera instancia condenó a la provincia del Chaco a pagar una indemnización superior a los 250 millones de pesos por un caso de mala praxis en un parto traumático realizado en el Hospital Perrando de Resistencia que tuvo como damnificada a una adolescente de 16 años, en el año 2016. Para la jueza, el hecho “alteró el curso completo de su vida”.
Viernes, 20 de junio de 2025
Claudia -nombre de fantasía- tenía 16 años cuando ingresó al Hospital Julio C. Perrando de Resistencia para dar a luz. Era septiembre de 2016, cursaba la semana 41 de embarazo, y su cuerpo —con obesidad mórbida— ya anunciaba riesgos. Pero nadie escuchó esas señales.
Doce horas después, pariría sola, en una cama de preparto, sin médicos ni enfermeras. El desgarro perineal de cuarto grado (una lesión que alcanzó músculos y recto) fue solo el inicio de un calvario: la anestesiaron sin consentimiento, le practicaron una colostomía y despertó con una bolsa adherida a su abdomen.
Nueve años después, el Poder Judicial del Chaco condenó al hospital y a la provincia a pagarle $251.754.434 por mala praxis. Es una de las indemnizaciones más altas de la justicia argentina por violencia obstétrica.
La provincia podría apelar, pero el fallo ya marca un antes y después. Mientras, la damnificada espera una nueva cirugía reconstructiva.
Sin explicaciones
Los detalles del fallo —al que accedió LITIGIO— reconstruyen una cadena de negligencias. En principio, que hubo abandono durante el parto: la joven dio a luz sin asistencia. La historia clínica registra que el personal la tildó de “agresiva” y “descontrolada” por pedir ayuda.
Además, la operaron para suturar el desgarro, pero sin informarle a ella (menor de edad) ni a su madre. La intervención derivó en 10 cirugías fallidas en 2017, una malla abdominal y una segunda colostomía.
Hoy, con 23 años, vive con dos bolsas de colostomía, una cicatriz queloide de 20 cm y depresión crónica. La pericia médica determinó una incapacidad del 55%.
“En mil partos, jamás vi algo así. Si le hubieran hecho una cesárea, esto no habría pasado”, declaró el perito Juan Carlos Sinkovich.
“Alteró el curso completo de su vida”
En los fundamentos de la sentencia, la jueza Civil y Comercial Nº 2 de Resistencia, Ana Mariela Kassor, sostuvo que “la historia clínica, los informes quirúrgicos, las pericias y los relatos coherentes de la actora, analizados en conjunto, dan cuenta de una atención médica deficiente, deshumanizada y negligente”.
En ese sentido, advirtió que “se actuó sin la debida previsión, sin respetar las condiciones particulares de la paciente, sin advertir los signos de alarma que exigían otra conducta obstétrica. La paciente no fue debidamente informada ni se le explicó el alcance de las intervenciones realizadas”, y que como menor de edad “no contó con el acompañamiento adecuado, y el consentimiento informado fue deficiente o inexistente”.
Al respecto, la magistrada puntualizó que “todo lo actuado por el personal del Hospital Julio C. Perrando vulneró los principios esenciales de la lex artis, de los derechos del paciente (Ley 26.529), y de la debida diligencia profesional. La responsabilidad del nosocomio, como entidad pública obligada a prestar un servicio de salud seguro y digno, se encuentra plenamente comprometida. No solo por el obrar negligente de sus agentes, sino también por fallas institucionales en la organización del servicio, en los protocolos de actuación y en la respuesta posterior frente a las complicaciones presentadas”.
En ese contexto, el fallo precisó que “no caben dudas de que la atención brindada fue deficiente, negligente, inadecuada y generadora de un daño grave y permanente. Por lo tanto, el Hospital Julio C. Perrando debe ser responsabilizado plenamente por mala praxis médica e institucional, en los términos de la normativa civil vigente, por haber incumplido su deber de cuidado, de información y de respeto a la dignidad de la paciente. Y junto a él, también el Estado Provincial, como garante del servicio público de salud, debe responder por las consecuencias de esta omisión, que no solo quebró la salud de una persona, sino que alteró el curso completo de su vida”.