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Durante la ronda de alegatos que tuvo lugar la semana pasada en Sáenz Peña, la querella solicitó cinco años de prisión para los agentes Ponce y Rivero y cuatro para Rojas, y el doble de tiempo de inhabilitación. Por su parte, la fiscalía y la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos pidieron penas en suspenso. La defensa pidió la absolución de todos los agentes. El 21 de febrero se conocerá la sentencia. 

Martes, 11 de febrero de 2025

El próximo 21 de febrero la Cámara Primera en lo Criminal de Presidencia Roque Sáenz Peña dará a conocer la sentencia en el juicio contra tres agentes policiales de la Comisaría Cuarta de esa localidad por privar de la libertad y lesionar a Emanuel Agudo, un joven con Síndrome de Down, al que interceptaron mientras caminaba por las calles de la ciudad Termal camino a su domicilio el 8 de abril de 2024.

Por este hecho, llegaron a juicio los agentes de la Policía del Chaco, Rubén Ponce y Julio Rivero, y la oficial principal, Nélida Rojas. Todos, por el delito de privación ilegal de la libertad agravada por tratarse de funcionarios públicos. A Ponce y Rivero, se los acusa también de lesiones leves agravadas.

Durante la ronda de alegatos que tuvo lugar la semana pasada, la querella solicitó 5 años de prisión efectiva para Ponce y Rivero y 8 años de inhabilitación, y 4 años de prisión efectiva y 8 años de inhabilitación para Rojas.

En tanto, la Fiscalía de DDHH adjunta, a cargo del subrogante Carlos Rescala, y la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos solo solicitaron penas de 3 años en suspenso para Ponce y Rivero y de 2 años en suspenso para Rojas, e inhabilitación por el doble de tiempo para todos.

El caso

De acuerdo a la investigación penal preparatoria realizada por la fiscal Adjunta de Derechos Humanos, Silvia Slusar, Emanuel salía del gimnasio con rumbo a su casa. Su trayecto era el de siempre: caminar por avenida 33 hasta llegar al barrio Nuestra Señora del Carmen. Ese día estaba lloviznando, por eso estaba con la capucha del buzo puesta sobre su cabeza.

Durante el recorrido, al llegar a la intersección de la calle 46, justo en la esquina, apareció un patrullero. Dentro del vehículo estaban tres policías: la jefa a cargo, la Oficial Principal, Nélida Rojas, y los agentes, Rubén Ponce y Julio Rivero, todos de la Comisaría Cuarta.

Supuestamente, buscaban a un sujeto que -según vecinos a quienes nunca pudieron identificar- estaba merodeando la zona de manera sospechosa. “¿Qué hacés ahí?”, le preguntaron desde el vehículo de mala manera a Emanuel. Él escuchó que lo increparon con un “¿Vos sos chorro o qué?”. Las cámaras de seguridad de la zona confirmarán luego que Emanuel no hizo absolutamente nada ilegal.

Al ver el patrullero, y a esos tres policías armados, el joven se asustó y lo primero que atinó a hacer fue escapar. Corrió por calle 46 con rumbo a un pastizal cercano. De acuerdo a la imputación de la fiscalía adjunta de Derechos Humanos, los agentes Rubén Ponce y Julio Rivero, se bajaron del móvil policial y lo persiguieron a pie.

Fue Ponce quien logró detener su marcha a través de una zancadilla que hizo patéandolo desde atrás, para que pierda el equilibrio. Emanuel cayó pesadamente al piso, se golpeó. Ya reducido, le torcieron los brazos hacia atrás, lo levantaron bruscamente del suelo y lo trasladaron hasta el patrullero, donde lo dejaron ubicado en el asiento trasero.

Fue en ese momento que apareció una vecina que atendía un kiosco quien les advirtió a los policías que Emanuel eran un joven con discapacidad y que debían llamar a sus padres. Posteriormente llegó el papá y su hermana, quienes lo bajaron del patrullero y lo llevaron hasta su casa.

 


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