En esta columna de Centro Mirta Clara de SACRA-Chaco te contamos el retroceso que plantea el presupuesto 2025 en materia de prevención y tratamiento de HIV-SIDA.
Domingo, 1 de diciembre de 2024
Por Graciela B. Usandizaga*
El 1° de diciembre cada año se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. En esta ocasión la Organización Mundial de la Salud hace recomendaciones para limitar el progreso de la epidemia en todo el mundo. Este año se hace eje en los Derechos Humanos y en el acceso a las medidas de prevención disponibles bajo el lema “Mejor con PrEP- Sigamos el camino de los derechos”, que es difundir el uso de la profilaxis preexposición como se llama a la medicación preventiva que se toma para reducir la probabilidad de contraer el VIH.
Mientras que ONUSIDA proclama “Emprendamos la senda de los derechos: Mi salud, mi derecho”. Esta lucha sigue marcada por el acceso a los elementos esenciales para evitar la transmisión del virus.
La epidemia de SIDA conmovió al mundo generando respuestas académicas y sociales en cada rincón del planeta.
Haciendo un poco de historia quiero recordar que los primeros reportes de la comunidad científica en referencia a esta infección, se hicieron en Nueva York y Los Ángeles en 1981, relataban y documentaban una enfermedad nueva que cursaba con infecciones oportunistas como neumonía, infecciones extensas de mucosas y la aparición de sarcoma de Kaposi. Por su relación a pacientes homosexuales se la conoció como “enfermedad rosa”. Recién en 1983 se logra aislar el virus que causa la enfermedad, el VIH virus de la inmunodeficiencia humana.
Es conveniente mencionar que la sola portación del virus VIH no es signo de la enfermedad que conocemos como SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).
Numerosas estrategias se desarrollaron en estos más de 40 años para limitar la propagación del virus que ocurre de persona a persona sea a través de fluidos corporales por vía sexual, contacto con sangre de una persona infectada por accidente o por compartir jeringas y también a través de la leche materna en lo que se conoce como transmisión vertical.
Los avances en torno a investigaciones que progresan día a día se centran en conocer el virus y su relación con el cuerpo humano, los mecanismos de evasión a la respuesta inmune, el desarrollo de la enfermedad y múltiples técnicas para su prevención, diagnóstico y tratamiento que aun hoy continúan en desarrollo.
Si bien aún no se dispone de vacunas, están en investigación. La profilaxis pre exposición reduce la probabilidad de adquirir el virus a las personas que no tienen el virus pero tienen prácticas que pueden exponerlos a la transmisión viral, se usa de manera combinada con el preservativo.
La actualidad en cifras en 2023
Durante la Pandemia de COVID19 activistas en Argentina sorprendieron con los lemas “La otra Pandemia” y “La pandemia Silenciosa” un modo de recordar que el HIV seguía su curso a pesar que parecía detenido el mundo.
Es que los números del año 2023 nos muestran la una realidad preocupante:
• Se calcula que había 39,9 millones de personas con VIH en todo el mundo.
• Unas 630.000 personas murieron por causas relacionadas con el VIH.
• Se estima que 1,3 millones de personas contrajeron el VIH en ese año.
Haciendo foco en Latinoamérica y el Caribe, según la OPS (Organización Panamericana de la Salud) se estima que:
• Alrededor de 2.7 millones de personas viven con VIH.
• 35,000 vidas se perdieron por causas relacionadas con el SIDA
• Aproximadamente 135,000 personas adquirieron el virus.
La situación actual del VIH en Argentina proporcionados por la Fundación Huésped:
• Se estima que 129 mil personas viven con VIH.
• 5.800 casos de VIH se notifican cada año.
• El 80% de las personas con VIH conoce su diagnóstico.
• El 83,5% de las personas que conocen su diagnóstico están en tratamiento.
• El 67,8% de las personas con VIH tienen su carga viral indetectable.
Estos datos nos muestran que nuestro país aún tiene brechas para alcanzar las metas planteadas por ONUSIDA, a pesar del esfuerzo sostenido del Estado junto a las ONG, en las gestiones anteriores.
Es que a partir del 2021, el objetivo era 95-95-95. Es decir la Argentina tendría que haber al alcanzado el 95 % de personas infectadas diagnosticadas, que el 95% de esos diagnósticos reciban terapia antirretroviral y que el 95% logre la supresión virológica sostenida.
El planteo de estas metas se realiza por ONUSIDA enmarcadas en la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, que esbozó en 2015 la visión para una nueva era de desarrollo mundial de 2016 a 2030 en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, de los cuales el tercero se refiere específicamente a la salud en su enunciado “Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades” y en su sub meta 3.3 aborda la lucha contra el VIH, la malaria, Tuberculosis y enfermedades desatendidas.
En un sentido amplio todos los 17 ODS abordan temas que tienen impactos importantes en la salud y convierten así la Agenda 2030 en una plataforma poderosa para ampliar los esfuerzos multisectoriales que enfrentan las brechas persistentes en la salud vinculadas con los determinantes sociales, económicos y ambientales.
El Dr. Jarbas Barbosa, Director de la OPS/OMS explicó que “la OPS está lista para apoyar a los países en la recuperación del impacto negativo producido por la pandemia en los programas prioritarios de salud. Pero eso solo no es suficiente: es necesario ir más allá y garantizar que todos los países y todos los grupos poblacionales dentro de cada país avancen para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles relacionados con la salud”.
Mientras se suceden estas metas y objetivos, en contracorriente surge en Argentina una posición opuesta a estos lineamientos esgrimiendo desde el ejecutivo la autonomía nacional con menor intervención estatal y mayor incidencia del mercado. El Presidente indicó en este sentido que “la soberanía de los Estados nacionales no debe ser vulnerada por organismos internacionales que promueven políticas globalistas” como argumento al desconocimiento de la agenda 2030 en ONU y su decisión de firmar la declaración final del G20 en disconformidad dando un giro preocupante a la política exterior argentina.
Estas definiciones contrarias a los acuerdos internacionales se esgrimen en ausencia de alternativas para afrontar la prevención y el tratamiento de la enfermedad; en el alarmante panorama irrumpe un presupuesto nacional para el año 2025 que disminuye las partidas destinadas a combatir el VIH-SIDA.
Así se proyecta comprar menos profilácticos, medicamentos, reactivos para diagnóstico y no aparecen contemplados los nuevos casos por año en el presupuesto presentado. Anualmente se incluyen estos insumos destinados a prevenir y mitigar la enfermedad en función de datos que provienen de la atención de años previos. Esto permite garantizar derechos a las personas que conviven con VIH.
La Fundación Huesped difundió a través de su página web un análisis de la partida presupuestaria nacional respectiva para 2025, el que sería el primero del presidente Javier Milei. La proyección del gobierno nacional significaría tener 9150 tratamientos menos. Tampoco incluiría 5300 casos nuevos ni a las personas que por la crisis económica ingresarán al sistema público de salud. La compra de preservativos para su distribución desciende a menos de la mitad de la proyectada en 2023: de 55 millones disminuye a 21 millones.
Es muy sabido y estudiado que la salud no puede quedar a merced del mercado financiero. “La salud es un mercado imperfecto”, según obran los libros de las teorías económicas.
Esto me lleva a concluir con más preguntas que con respuestas: ¿Quedará entonces la persona paciente vulnerada, “atrapada sin salida” por las medidas políticas? o ¿La respuesta social y jurídica asegurarán el derecho como proclama la OMS?
*Bioquímica, Especialista en Microbiología Clínica, integrante SACRA