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La Cámara Federal de Casación Penal dictó un fallo sobre la posibilidad de un juicio oral y público por la emblemática redada clandestina ocurrida poco después del golpe del ´76 en el Ingenio propiedad del empresario Carlos Blaquier.

Miércoles, 11 de septiembre de 2024
Foto: Télam

Por Néstor Espósito 

La Cámara Federal de Casación Penal dictó un fallo que parece acelerar la posibilidad de un juicio oral y público por la denominada «noche del apagón», la redada clandestina ocurrida en Jujuy poco después del golpe de Estado de 1976 en el Ingenio propiedad del empresario Carlos Pedro Tadeo Blaquier.

Sólo es una apariencia.

El Poder Judicial ya decidió que esa causa quede impune, primero aguardando la muerte del empresario Carlos Pedro Tadeo Blaquier y ahora dilatando ad eternum a realización del debate con el único imputado sobreviviente.

Entre el 20 y el 27 de julio de 1976, la dictadura bajó la palanca en reiteradas ocasiones y la ciudad jujeña de Libertador General San Martín quedó a oscuras. En ese lapso, unas 400 personas fueron secuestradas: obreros, sindicalistas, militantes políticos. De ellos, 55 siguen desaparecidos.

En el expediente también se investiga la desaparición y posterior asesinato de Luis Ramón Arédez, un médico que fue intendente municipal de Libertador General San Martín en 1973.

Blaquier y su lugarteniente, Alberto Enrique Lemos, fueron procesados por la colaboración que prestaron para la logística de aquel operativo represivo. Tras una vergonzosa demora artificial del expediente en la Corte Suprema que se extendió por seis años, la causa debía pasar a la etapa de oral, pero entonces el artilugio se disfrazó de incapacidad de salud de Blaquier para afrontar un juicio. El 13 de marzo de 2023, a los 95 años de edad, Blaquier murió sin ser juzgado.

Lemos, quien era el administrador general del Ingenio cuando ocurrió la noche del apagón, debe enfrentar el juicio oral. Pero muerto Blaquier, cuando el camino estaba despejado, la defensa presentó un recurso de queja ante la Corte y el Tribunal Oral Federal de Jujuy resolvió el 22 de mayo pasado mantener la suspensión del inicio del debate. Ese día fue rechazado un “recurso de reposición interpuesto por la querella de H.I.J.O.S.”, lo que en los hechos significó que el juicio oral contra Lemos comenzará “una vez resuelto el recurso de queja que se encuentra en trámite ante la Corte Suprema de Justicia”. ¿Cuándo ocurrirá eso? La Corte no tiene plazos para pronunciarse. Puede ser la semana próxima o dentro de tres años.

Lemos tiene 82 años de edad.

Ahora, la Cámara de Casación hizo lugar a una apelación de H.I.J.O.S. y concedió un recurso para revisar si el juicio debe o no comenzar de inmediato. Remitió el expediente a la Oficina de Sorteos “a los efectos de que genere el correspondiente legajo de casación y lo remita a esta Sala”. Es decir que va a decidir si mantiene suspendido el debate o dispone que comience ya. El fallo, firmado por los jueces Javier Carbajo y Diego Barroetaveña, tiene una instancia de revisión nuevamente en la Corte Suprema.

La investigación sobre Blaquier y Lemos se inició en 2009, hace 15 años. Ambos fueron procesados por primera vez en 2012, hace 12. Los hechos por los que fueron imputados ocurrieron hace 48.

Tres años después del procesamiento, la Cámara de Casación los revocó y dictó la falta de mérito. Ese fallo fue firmado por los jueces Gustavo Hornos (hoy en el centro de la escena por una denuncia de una ex pareja por violencia de género), Juan Carlos Gemignani (a quien el Consejo de la Magistratura lo salvó de una sanción por maltratar a dos colegas mujeres) y Eduardo Riggi (hoy, jubilado, integra los grupos de Whatsapp de diputados de La Libertad Avanza que trabajan en la libertad para los genocidas de la última dictadura). Ello ocurrió en marzo de 2015, y el expediente aterrizó en la Corte que, cual oxímoron judicial, se tomó seis años para ordenar que se aceleraran los tiempos.

Por los antecedentes de retrasos y demoras en el expediente, nada hace presagiar que el debate oral vaya a comenzar rápidamente. Más bien todo lo contrario.

 

Fuente: Tiempo Argentino 


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