Una mujer denunció a su expareja por haberle ocultado que era portador del virus y por no tomar medidas para evitar que se contagiara. Ahora, la víctima sufre secuelas de salud irreversibles.
Miércoles, 4 de septiembre de 2024
Un hombre de 53 años fue condenado a 3 años de prisión en suspenso por ocultarle a su ex pareja que era portador de VIH y no utilizar preservativos durante las relaciones sexuales para evitar su contagio. La denunciante, quien contrajo el virus, sufre desde entonces graves problemas de salud. Asimismo, la Justicia determinó que el acusado deberá pagarle 40 mil dólares a modo de reparación.
Un hombre de 53 años fue condenado a 3 años de prisión en suspenso por ocultarle a su ex pareja que era portador de VIH y no utilizar preservativos durante las relaciones sexuales para evitar su contagio. La denunciante, quien contrajo el virus, sufre desde entonces graves problemas de salud. Asimismo, la Justicia determinó que el acusado deberá pagarle 40 mil dólares a modo de reparación.
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Se trata de un fallo inédito de la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, el primero registrado para este tipo de delito. La investigación fue llevada adelante por la Fiscalía PCyF Nº 36 especializada en Violencia de Género, a cargo de Adrián Dávila.
El acusado había sido imputado por el delito de contagio de una enfermedad de transmisión sexual, junto a lesiones graves y gravísimas, agravadas por el vínculo y el género. Finalmente, tras el acuerdo de avenimiento homologado por la jueza Fernanda Botana, del juzgado 5, se determinó la condena anteriormente mencionada y otras medidas de cumplimiento obligatorio.
El fiscal logró establecer que el imputado, quien tomó conocimiento de su enfermedad en marzo de 2013, no tomó recaudos para evitar contagiar a su pareja mientras mantuvieron un vínculo, entre 2011 y 2016. Además, a raíz del contagio, se le atribuye haberle provocado un debilitamiento permanente para su salud, con afectación global de su calidad de vida.
La Justicia porteña homologó el acuerdo alcanzado entre las partes, que estableció tres años de prisión en suspenso para el victimario, además del pago de 40 mil dólares a la víctima. Por otra parte, al acusado se le negó la posibilidad de contactar a la víctima “por cualquier medio”.
El hombre deberá además realizar “80 horas de tareas de utilidad pública en la Fundación Cáritas” y se lo obligará a cursar un taller sobre Violencia de Género. También deberá fijar residencia y noticiar cualquier cambio.
El caso se inició con la denuncia de la víctima luego de tomar conocimiento de su afección. La misma le provocó una trombosis que se transformó en una necrosis —muerte del tejido corporal— de por vida, en las venas ilíaca y femoral y una edematización, también permanente, de su pierna izquierda. Todo esto, con riesgo de vida ante una nueva trombosis, sumado al riesgo cierto e inminente de contraer otras enfermedades por estar inmunosuprimida.
Además, la mujer resultó afectada en su salud mental por trastorno de estrés postraumático y del estado del ánimo, derivado de toda la situación sufrida por el contagio de HIV.
Frente a ello, la fiscalía le imputó el delito de contagio de una enfermedad de transmisión sexual, junto a lesiones graves y gravísimas, agravadas por el vínculo y el género. Finalmente, tras el acuerdo de avenimiento homologado por la jueza Fernanda Botana, del juzgado 5, se lo condenó a la pena anteriormente mencionada.
Fuente: Página/12