Así lo resolvió el juez, Juan Manuel Iglesias. Fue en cumplimiento del fallo de la Sala Segunda de la Cámara Federal de Casación Penal que había anulado la libertad condicional del represor concedida en diciembre por el propio Iglesias. Condenado a perpetua por la Masacre de Margarita Belén y a 25 años en otras dos causas en Corrientes, el represor continuará cumpliendo condena en su departamento del barrio de Belgrano, en Ciudad de Buenos Aires, con autorizaciones para ir a nadar a un club cercano y realizar caminatas.
Miércoles, 28 de agosto de 2024
El genocida, Horacio Losito, condenado a prisión perpetua por la Masacre de Margarita Belén y a 25 años en otras dos causas por delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia de Corrientes, volvió a quedar detenido en su domicilio tras pasar ocho meses en libertad condicional.
Así lo resolvió el juez del Tribunal Oral Federal de Resistencia, Juan Manuel Iglesias. La medida fue en cumplimiento del fallo de la Sala Segunda de la Cámara Federal de Casación Penal que había anulado en julio pasado la libertad condicional del represor concedida en diciembre por el mismo Iglesias. Cursará el arresto en su departamento del barrio de Belgrano, en Ciudad de Buenos Aires.
De todos modos, no son todas malas noticias para Losito. Atendiendo a “cuestiones de salud”, el represor podrá gozar de algunos beneficios. El juez Iglesias lo autorizó a realizar actividades físicas en el natatorio Sport Club Belgrano, los martes y jueves. Y también a efectuar caminatas en la plaza “Barracas de Belgrano”, los lunes, miércoles y viernes. En ambos casos, por la tarde, por el lapso de una hora y siempre acompañado de algún familiar.
En diciembre de 2023, el teniente coronel retirado de Infantería obtuvo la libertad condicional gracias a una resolución de Iglesias, quién se encuentra a cargo de la ejecución penal. En febrero pasado, Losito protagonizó un escándalo cuando fue recibido con honores en el Regimiento de Monte Nº 30 de la localidad de Apóstoles en la provincia de Misiones, en una ceremonia como veterano de la Guerra de Malvinas, donde fue camarada del padre de la actual vicepresidenta negacionista, Victoria Villarruel. Para los familiares de las víctimas del Terrorismo de Estado, fue una provocación la viralización del recibimiento al genocida condenado en ese destacamento militar.
La resolución que anuló la libertad condicional de Losito fue dictada el 4 de julio pasado y lleva las firmas de los jueces Alejandro Slokar y Angela Ledesma y la disidencia de su par Guillermo Yacobucci. En su voto, el juez Slokar argumentó que “la interpretación de las normas en juego no puede desatender los compromisos internacionales asumidos por el estado argentino, en particular, el que llama a erradicar la impunidad”.
Terrorismo de Estado, Malvinas y los juicios
Horacio Losito nació el 3 de agosto de 1951 en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El periodista y escritor, Gonzalo Torres, en su libro “Juicio y castigo en el Chaco (volumen 1) – Causa Masacre de Margarita Belén (2010 – 2011)”, recordó que, durante la última dictadura, Losito operaba en Chaco y Corrientes trabajando en el área de Inteligencia.
En la Guerra de Malvinas, fue herido de gravedad en el combate de “Top Malo House”, el 28 de mayo de 1982. Era teniente 1° y formó parte de la Compañía de Comandos 602. Fue capturado por las tropas británicas, junto con los otros militares argentinos.
Los problemas de Losito comenzaron en 2003. Era el agregado militar de la Embajada Argentina en Roma designado en 2001 por el expresidente, Fernando de la Rúa. Pero una carta de Mirta Clara (exdetenida política y viuda de Néstor Sala, asesinado en la Masacre de Margarita Belén) significó su caída en desgracia.
“Horacio Losito no puede representar a nuestro país, al Ejército Argentino en su intento de democratización ante la cuestión pública, en momentos en que Italia exige juicio y castigo para los desaparecedores de sus ciudadanos y en que la Corte Penal Internacional rige como instancia de garantía en la observancia y concreción de las leyes”, decía la carta de Sala que llegó hasta el expresidente, Néstor Kirchner. Fue el propio Kirchner que luego de leer esa misiva ordenó el regreso inmediato al país de Losito para que rinda cuentas ante los tribunales argentinos.
Y así lo hizo: en 2008, fue condenado a 25 años de prisión en la Causa Regimiento de Infantería 9, en Corrientes, por torturas en el centro clandestino que funcionó allí. Por los testimonios de los sobrevivientes se supo que participó en allanamientos y en interrogatorios bajo tortura, junto con el genocida Juan Carlos De Marchi, apodado “el electricista” por su destreza en el manejo de la picana.
Cuando realizó su declaración indagatoria al comienzo del juicio, antes de la etapa de testimoniales, Losito hizo honor a su carácter: señaló que se atiene a los “reglamentos militares” desconociendo la potestad del Tribunal, y arremetió duramente contra fiscales, querellantes y hasta contra los camarógrafos de la Dirección de Cine y Espacio Audiovisual.
Enojado por la posición original del banquillo de imputados, en diagonal a la silla que ocupan los testigos, pidió que durante las declaraciones testimoniales se lo siente en un lugar donde pueda “ver a la cara a los testigos”, lo cual le fue concedido, recordó el periodista Torres.
El 16 de mayo de 2011, tuvo otra condena. Pero esta vez a prisión perpetua y en el Chaco, por su papel como uno de los ejecutores directos de la Masacre de Margarita Belén, en un enfrentamiento fraguado contra detenidos y detenidas por razones políticas, quienes se encontraban maniatados y moribundos luego de un suplicio de varias horas durante la noche del 12 de diciembre en el comedor de la Alcaidía de Resistencia.
Durante los debates en Resistencia, se la pasó trajeado y en posición de firme, a veces de pie, gesticulando y “bajando línea” a los abogados que lo asistían o a sus compañeros de juicio. A la fecha, no pronunció palabra respecto del destino final de varias de sus víctimas desaparecidas.
Última condena
La última condena la recibió en noviembre pasado. El Tribunal Oral Federal de Corrientes lo sentenció a 25 años de prisión junto a otros seis ex militares y ex gendarmes por los delitos de privación ilegal de la libertad y tormentos cometidos contra más de 100 personas en la subzona militar 23 durante la última dictadura cívico – militar.
El juicio abarcó los crímenes cometidos en jurisdicción de la Brigada de Infantería VII, que tenía su sede en la ciudad de Corrientes y tenía responsabilidad sobre las provincias del noreste argentino, Chaco, Formosa, Misiones y parte de Corrientes.
En la región funcionaron varios centros clandestinos de detención, uno de los más importantes estuvo en el Regimiento de Infantería 9 (RI 9) de Corrientes, dependencia militar que llevó adelante la represión en la provincia.
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