En el marco de la conmemoración del centenario de la Masacre de Napalpí, ocurrida el 19 de julio de 1924, se llevó a cabo un acto homenaje póstumo en el Recinto de Sesiones del Poder Legislativo. Este evento honró a los sobrevivientes Melitona Enrique, Rosa Chara, Rosa Grilo del Pueblo Qom y Pedro Balquinta del Pueblo Moqoit, cuyos valientes testimonios fueron cruciales para la reconstrucción de la memoria histórica.
Martes, 30 de julio de 2024
El acto fue encabezado por la presidenta del Poder Legislativo, Carmen Delgado, y contó con la presencia de los diputados Mariela Quirós, Andrea Charole, Rodolfo Schwartz, Tere Cubells, Francisco Romero Castelán, Zulma Galeano, Analía Flores, Gladys González, Samuel Vargas, Rubén Guillón y Sebastián Lazzarini.
Carmen Delgado abrió el evento con palabras de bienvenida y expresó: “Hoy nos reunimos para recordar y reflexionar sobre uno de los episodios más trágicos de nuestra historia: la masacre de Napalpí. Hace 100 años, el 19 de julio de 1924, un grupo de trabajadores indígenas de la reducción de Napalpí fueron brutalmente asesinados. Ese día, la violencia y el desprecio hacia los pueblos indígenas llegaron a un punto culminante en nuestro territorio. 100 años después, estamos aquí para recordar, para reflexionar y para comprometernos con la justicia y la igualdad para todos”.
“La masacre de Napalpí es un ejemplo de la lucha que han librado y siguen librando los pueblos originarios por sus derechos, por su tierra y por su identidad. Es un recordatorio de que la lucha por los derechos humanos y la justicia social es un camino largo y difícil, y que siempre es necesario seguir adelante, un paso más. En este día, rendimos homenaje a las víctimas de aquel doloroso capítulo de nuestra historia y a todos aquellos que han luchado y siguen luchando por una sociedad más justa y equitativa. Nos comprometemos a seguir trabajando por la justicia y la igualdad para todos, sin importar la raza, el origen o la condición social.” sostuvo.
Asimismo expresó su respaldo a las medidas adoptadas recientemente por el Gobernador “de establecer Asueto para todos los empleados administrativos Qom y Moqoit y que a partir de esta fecha en cada año, el 19 de julio será duelo provincial y tendremos las banderas a media asta. Así también destacó que ha dado instrucciones para el cumplimiento efectivo de la sentencia judicial de la causa de la Masacre de Napalpí, en los espacios curriculares”, indicó Delgado.
La diputada Mariela Quirós se dirigió a los presentes y resaltó la figura del docente e historiador Juan Chico, “quien fue determinante para que hoy estemos aquí y para que nuestra provincia sea un poco más justa. Recuerdo que en enero de 2008, junto a Coqui Capitanich, estuvimos en Machagai organizando con Juan y muchos otros, quienes hoy también nos acompañan, el inicio de este proceso de reparación histórica con el pedido de perdón a las comunidades originarias por la masacre de Napalpí, perpetrada por el Estado”.
“En aquel enero, bajo el calor chaqueño, vivimos un momento muy emotivo pidiendo perdón a las comunidades originarias por ese trágico evento, pero sobre todo, iniciando un proceso histórico que hoy debemos sostener ante tantos discursos negacionistas. Necesitamos fortalecer y visibilizar las políticas públicas que promueven la memoria, la verdad y la justicia” remarcó. “Por eso, agradezco a todos los presentes. Aún nos queda mucho por hacer, y debemos tener claro que estas políticas son necesarias porque no hay pueblos que construyan su cultura sin memoria. Aprendimos mucho a lo largo de nuestra historia y tenemos legados como el de Juan Chico que nos sostienen. Sobre todo, tenemos memoria.”
La legisladora Andrea Charole expresó: “Nos convoca un tema muy sensible y trágico para nosotros. Antes de estas palabras, hablaba en mi idioma, el Qom. No soy abogada ni quiero serlo, pero reflexionaba sobre una de las mayores dificultades que enfrentamos durante el juicio por la verdad: la traducción. Muchas veces, las comunidades indígenas encuentran obstáculos para acceder a la justicia por no comprender o no poder expresarse adecuadamente. Siempre hablamos de igualdad, pero nos ha costado y nos sigue costando como pueblos originarios”.
“Recordaba conversaciones con Juan Chico, quien deseaba que nuestros niños pudieran aprender y conocer nuestra historia, lo que sucedió en nuestra provincia. Debemos ser autocríticos desde el Estado y reconocer que hemos fracasado en muchos aspectos. Muchos adolescentes desconocen la masacre de Napalpí y este desconocimiento es preocupante, considerando que ocurrió a solo 120 kilómetros de aquí” observó, “Napalpí es una herida abierta que seguirá abierta hasta que cambiemos como sociedad. Como pueblos originarios, seguimos sufriendo y necesitamos mantener viva nuestra voz, y esto se relaciona con la participación en la toma de decisiones dentro de nuestras comunidades. A menudo, se nos deja de lado, pero debemos tener una voz propia en todos los ámbitos del Estado, sin discriminación.”
Durante el acto, se entregaron reconocimientos a los descendientes de los sobrevivientes, incluyendo a Sabino y Mario Irigoyen, Carmen Delgado, Cristian Fernando Enríquez, Felipa Lalecori, Hilaria Cristina Gómez, Lucía Pereira, Ramona Pinay, Ortega Guillermo, Matilde y Salustiano Romualdo. Todos ellos han sido pilares fundamentales para llevar adelante el “Juicio por la Verdad”.
También se reconoció a investigadores, testigos, docentes y organizaciones de la sociedad civil y del estado que contribuyeron al proceso de investigación. Entre ellos, el docente e historiador Juan Chico, docentes bilingües como Raúl Mario Fernández y David García, y numerosos investigadores y testigos que aportaron su trabajo y testimonios.
Finalmente, se destacó la labor de los actores judiciales del “Juicio por la Verdad”, incluyendo a la Jueza Federal N° 1 Zunilda Niremperger, los fiscales federales Federico Carniel, Carlos Amad, Patricio Sabadini, Diego Vigay y Horacio Rodríguez, así como los representantes de la Querella de la Secretaría de Derechos Humanos del Chaco y del Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACH).
Este acto no solo rememora una trágica página de la historia argentina, sino que también reafirma el compromiso continuo con la justicia, la igualdad y el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios.