En el extenso requerimiento de elevación a juicio que firmó este martes el Equipo Fiscal Especial que investiga el femicidio de Cecilia Strzyzowksi, se brinda un detallado relato de cómo se dieron la secuencia de hechos que derivaron en el crimen que tuvo como víctima a la joven de 28 años. El match en “Tinder” con César Sena, su ilusión por una vida próspera en el sur del país y su cruento final.
Miércoles, 1 de mayo de 2024

En las 255 páginas que componen el requerimiento de elevación a juicio, que fue firmado este martes, el Equipo Fiscal Especial que investiga el femicidio de Cecilia Strzyzowksi dedicó el tramo final del documento para relatar de manera cronológica cómo se desencadenaron los hechos que terminaron con el brutal asesinato de la joven de 28 años.
Según pudo saber LITIGIO, los fiscales Nelia Velázquez, Jorge Cáceres Olivera y Martín Bogado recordaron que Cecilia y César se conocieron en diciembre de 2021, a través de “Tinder”, la aplicación de citas. En Tinder, César se presentaba como un arquitecto de 26 años, cuando en realidad era un estudiante de 18 años. Se vieron, se gustaron, comenzaron una relación y al poco tiempo decidieron convivir en el Barrio 500 Viviendas de Barranqueras, en la casa de Mercedes Valois Flores, tía abuela de Cecilia. Menos de un año después de aquel primer encuentro, se casaron.
La pareja formalizó su unión matrimonial el 16 de septiembre de 2022 en el Registro Civil de Resistencia. Sin embargo, apenas cuatro días después, solicitaron el divorcio. La sentencia que lo confirma la disolución del matrimonio está fechada el 21 de diciembre de 2022 y fue emitida por el Juzgado de Niñez, Adolescencia y Familia 5 de Resistencia. De todos modos, y a pesar del divorcio, César y Cecilia siguieron en pareja.
En este punto, vale remarcar una irregularidad que se detectó durante la investigación: se constató que la firma presentada en la demanda de divorcio no se correspondía con la firma de Cecilia, sino que fue fraguada.
La relación se caracterizó por el ejercicio de violencia física, económica y psicológica por parte de Cesar hacia Cecilia. Testimonios de familiares de la joven corroboran que, aunque aparentaban cariño mutuo, el joven la aisló progresivamente de su círculo familiar y de sus amistades. Los padres de César, los dirigentes sociales Marcela Acuña y Emerenciano Sena, nunca aceptaron la relación.
En este contexto, César pergeñó un engaño que tenía como víctima a Cecilia. Este engaño consistía en un supuesto proyecto de vida en la ciudad de Ushuaia, que incluía vivienda y empleo. Supuestamente, ambos viajarían al sur del país lo más pronto posible. Sin embargo, nunca fueron comprados los tiquets aéreos ni se reservaron hospedajes. ¿César tenía planeado el homicidio y con este montaje sólo buscaba ganar tiempo para poder encubrirlo? Todo parece indicar que sí.
En un primer momento, vale mencionar, el Ministerio Público Fiscal consideró que esta situación podría encuadrarse como un agravante (por la “premeditación”). Sin embargo, en la elevación a juicio se decidió descartarlo, probablemente por las escasas pruebas para implicar a Emerenciano y Marcela en el plan.
Las horas finales
En la noche del 1 de junio de 2023, a las 23, Cecilia abandonó la casa del Barrio 500 Viviendas de Barranqueras con la idea de emprender el viaje al sur que su novio había prometido. César la pasó a buscar en su camioneta blanca Toyota Hilux. La última persona de la familia que vio a Cecilia fue su tía abuela.
Horas más tarde, en la madrugada del 2 de junio, a las 2.01, Cecilia y César llegaron al domicilio de la familia Sena, ubicado en Santa María de Oro 1460, en Resistencia. Estuvieron en el habitáculo del vehículo alrededor de una hora. A las 3.03, Cesar bajó, se asomó por la puerta de la vivienda brevemente y luego se retiró junto a Cecilia, quien lo esperaba en la camioneta.
A las 3.28, la pareja llegó al motel Ruta 99, en la intersección de las calles Santiago del Estero y Cangallo de Resistencia, donde se quedaron hasta las 08.54. Previo a eso, Emerenciano Sena salió del domicilio familiar a las 7.15 horas, mientras que Marcela Acuña lo hizo a las 9.11.
Tres minutos más tarde a la partida de Marcela, a las 9.14, Cesar y Cecilia regresaron a la casa de los padres del joven. Al contrario de lo que ocurrió durante la madrugada, en esta oportunidad sí ingresaron.

Es allí donde se tomaron los último fotogramas de Cecilia con vida, los cuales fueron registrados por la cámara de seguridad de un vecino. La última búsqueda en Google de Cecilia que hizo con su teléfono fue a las 10.07. Averiguó sobre “las 15 mejores chocolaterías de Buenos Aires”, lugar donde preveían hacer escala.
Para el Equipo Fiscal, el homicidio se ejecutó después de esa hora, pero antes de las 12.16, momento en el que regresaron los padres de César. Aquí se presenta una diferencia sustancial con la hipótesis primigenia, en la cual el Ministerio Público Fiscal aseguraba que el asesinato se produjo entre las 12.13 y las 13.01, período de tiempo en el que coincidieron en la escena del crimen Emerenciano, Marcela y César.
De acuerdo a la reformulada imputación, que se informó a los imputados el lunes, el único autor del crimen fue César Sena. El lugar: una habitación de la planta baja de la casa de sus padres. Los fiscales señalaron que el joven aprovechó que la casa estaba vacía, contexto que se dio gracias a una decisión a conciencia de sus padres.
Es decir que, para los fiscales, tanto Marcela y Emerenciano abandonaron la casa a esa hora y ese día para que su hijo tuviera un “ambiente seguro” para matar a su pareja. De allí surge la reformulación de la imputación que los tiene como “partícipes primarios” de femicidio, con una pena en expectativa de prisión perpetua.
Colonia Elisa y nuevos celulares
Ese mismo día, a las 13.01, Cesar salió del domicilio en su camioneta y pasó a buscar a Rita Romero, directora del secundario del Barrio Emerenciano y a Melani Maksimchuk, una enfermera de la salita del mismo barrio.
Los tres se dirigieron a un operativo de salud en Colonia Elisa, en el marco de la campaña electoral, la cual tenía a Acuña como precandidata a intendenta de Resistencia y a Emerenciano como postulante a diputado provincial. Ambos por el Partido Socialistas Unidos, dentro de la interna del Frente Chaqueño.

Para promocionar ese operativo de salud se publicaron al día siguiente una serie de fotografías en las redes sociales. En varias de ellas, que fueron subidas por militantes del MTD Emerenciano, se evidenciaban arañones en el cuello de Cesar, presumiblemente provocados por Cecilia en un intento de defenderse.
“Está teniendo un drama”
A las 13.04, Emerenciano envió un mensaje de audio a uno de sus colaboradores más estrechos, Gustavo Obregon. Le indicó instrucciones muy precisas relacionadas con la presencia de su hijo en Colonia Elisa y cómo debía proceder a su regreso.
“Cesar va a Colonia Elisa, con la Riti creo que va. O sea que va cambiar de menú hoy. Y después va a venir a dormir acá, en casa. Así que estate mucho, en contacto con él, cosa que cuando llega te pegas a él y tratá de que se quede acá. Comele la oreja que se quede, porque me pica que está teniendo un drama por ahí, ¿sabés? Ocupate de eso, de él, ¿sabés? No le digas a nadie de eso, ¿sabés? Que quede entre vos y yo nomas”, se escucha la voz de Emerenciano en un audio incorporado en la causa.
A las 13.19, Marcela Acuña escribió varios mensajes de texto a Fabiana González, pareja de Obregón y también colaboradora de máxima confianza, informándole sobre la situación de César y solicitando su intervención. “César queda a la noche a dormir con Gustavo. Ahora fue a Colonia Elisa. Algo le pasó, está rasguñado”, alertó Marcela. “Fabi, creo que sucedió algo grave con César. Hablá con Gustavo”, pidió.
A las 16.51, Acuña se comunicó nuevamente con su colaboradora expresando urgencia, dando instrucciones, coordinando acciones, todo en el marco de una extrema preocupación por la situación que se estaba dando. Los mismos se dieron entre las 16.51 y las 18.57. En sus mensajes, Acuña da a entender que está pidiendo ayuda para deshacerse del cuerpo de Cecilia antes de que lo vea Emerenciano. Para eso, propuso utilizar restos de basura para cubrirlo y sacarlo de la casa, como efectivamente harán después su hijo con ayuda de Obregón.
Los mensajes incorporados en la causa son los siguientes: “…Urgente, andá a casa por favor, ahora…”. “…Fabi, te aviso cuando estamos yendo con Eme. Estoy desesperada… tenemos hasta las 19:30 para sacar eso de mi casa, lo puedo entretener hasta esa hora…”. “…Habla con Gustavo, Fabi…”. “…Llámale a Rita, no vaya a ser que se fue a otro lugar. Fabi, que lo llame a Gustavo, prepara la basura ya, así llegan y cargan…”. “…Más de media hora no puedo controlarlo a Eme, sino que carguen la basura en donde sea, la que está debajo de la escalera…”.

A las 16.58, Obregón llegó a la casa de la familia Sena conduciendo su Citröen C4. Dieciséis minutos después, regresó Fabiana. Ambos conversaron en la vereda hasta las 17.27, momento en el cual ingresaron a la casa.
A las 17.29, Fabiana salió nuevamente y se retiró en su motocicleta. Obregón manipuló su teléfono celular en la vereda del domicilio y se retiró en su automóvil a las 18.01. Regresó a las 18.09. Esta vez, ingresó a la casa con una bolsa en la mano.
A las 18.52, César regresó al domicilio de sus padres en su camioneta, acompañado de Rita. La docente se subió al automóvil Citroën y se retiró del lugar junto a Obregón.
A las 19, César ingresó la camioneta blanca al garaje, en reversa. Obregón regresó a las 19.14 y estacionó afuera del domicilio. Luego ingresó y cerró el portón.
Doce minutos más tarde, colocó un bidón de nafta en el asiento trasero de su auto y se retiró del lugar. En ese momento, también salió César a bordo de su camioneta, llevando el cuerpo de Cecilia en la caja junto con bolsas de residuos, tal cual había propuesto su propia madre. Obregón, a bordo del Citroën C4, escoltó a César durante todo el trayecto.
Ambos transportaron el cuerpo de Cecilia hasta una zona rural conocida como campo Rossi, propiedad de los Sena. Ubicado entre Puerto Tirol y Tres Horquetas, en ese lugar se realizaban cría de ganado para la venta, sobre todo porcino.
El recorrido realizado por César y Obregón está confirmado en la causa mediante videos de cámaras de vigilancia, informes técnicos y las antenas de los teléfonos celulares. Al llegar al campo Rossi, iniciaron la incineración del cuerpo. Allí estuvieron entre 30 y 40 minutos y luego volvieron a Resistencia.
Gustavo Melgarejo y su pareja, Griselda Reinoso, cuidadores del predio Rossi, mantuvieron el fuego donde fue cremada Cecilia durante un período de entre 6 y 14 horas con el objetivo de eliminar cualquier rastro.

A las 22.39, Emerenciano regresó a su casa y esperó en la vereda hasta las 22.41, momento en el que su hijo César regresó. Ambos entraron a la vivienda y cerraron el portón.
El 5 de junio, a las 21.33, se registró la última conexión del teléfono de Cecilia, cuya ubicación fue el domicilio de la familia Sena. El apagón ocurrió inmediatamente después de que la familia de Cecilia tomara conocimiento de su desaparición.
El 6 de junio, César y Marcela se presentaron en el local Musimundo, donde procedieron a adquirir nuevos teléfonos. Días más tarde, cuando fueron detenidos, se les solicitó la entrega de sus celulares anteriores. Dijeron que los habían perdido.
Pruebas quemadas
Entre el 2 y el 9 de junio, se llevó a cabo la quema de pertenencias de Cecilia en el patio trasero de la residencia ubicada en Santa María de Oro 1460. Durante un allanamiento, se descubrió una billetera que contenía varios elementos identificativos de Cecilia y otros restos, entre ellos, una tarjeta SUBE y una tarjeta de juegos infantiles.
El 6 de junio, Alfredo Lorenzo Aguirre, bajo instrucciones de Fabiana González (quien a su vez recibió indicaciones de Marcela Acuña) desmontó y transportó muebles de la habitación donde se presume ocurrió el femicidio.
Los trasladó hasta la casa de una familia del barrio Emerenciano, quien los recibió a modo de donación. Posteriormente, se encontraron rastros de sangre en dichos muebles, la cual se pudo determinar que correspondían con el ADN de Cecilia.
Para terminar de borrar las evidencias, a las 14.25 del 6 de junio, Obregón fue hasta el Hipermercado Carrefour, ubicado en Avenida Lavalle y Avenida Avalos, donde compró bolsas de consorcio. Luego se dirigió al campo Rossi y se deshizo de los restos de Cecilia, arrojándolos al río Tragadero.
Posteriormente, en un descampado del barrio Emerenciano, Obregón y César incineraron pertenencias de Cecilia, entre ellas, una valija, un buzo, un dije y un anillo, que fueron luego reconocidos por sus familiares.

Mentiras
El Equipo Fiscal Especial recordó también que, tras la denuncia de la desaparición de Cecilia, Marcela y César obstaculizaron el inicio de la investigación. Escoltados por las militantes del movimiento social Mujeres al Frente, se presentaron en la Comisaría Tercera de Resistencia para prestar declaración testimonial, generando disturbios en el lugar a fin de evitar que Fabiana González brinde su testimonio.
El 9 de junio, Acuña realizó una declaración pública a los medios, desvinculando a su hijo de la desaparición y sugiriendo motivaciones políticas detrás del caso. Por su parte, César también habló e intentó desligarse del hecho.
Ante los medios locales, en una improvisada conferencia de prensa realizada en las adyacencias a la Comisaría Tercera, César se quebró aduciendo que contó todo lo que sabía a la Policía pero que desconocía el paradero de Cecilia.
“Estoy un poco mal. Dije todo lo que sabía. En general no me molesta la situación mediática hacia mí, ni hacia mi familia. Es normal. Toda la vida lo viví. Solamente me duele la situación y no sé qué pasa. Y si puedo dar la posibilidad, como le dije a los efectivos, que vayan a mi casa, que se queden a vivir si quieren, que vean todo, que miren lo que necesiten. Les di toda la información que tenía. Información que ella me confió y que prometí que nunca le iba a contar a nadie, ni a su propia familia. Pero tengo miedo de que pase algo”, dijo en aquella ocasión.
Fue la última vez que se lo escuchó públicamente. En la causa, de hecho, es el único imputado que, hasta la publicación de esta nota, no declaró.
“Ejercían un poder significativo”
Para los fiscales está clara la implicación política del caso, sobre todo en el ejercicio del poder que detentaban los Sena. “Este crimen se llevó a cabo con la ayuda de varias personas que no solo dependían económicamente y laboralmente de ellos, sino que también estaban bajo su influencia política”, indicaron los fiscales en la imputación.
“Emerenciano Sena, figura destacada en movimientos ‘piqueteros’ provinciales y con numerosos contactos políticos, ejercía un poder político significativo. (…) La influencia de la familia Sena se extendía a todas las instituciones públicas del barrio, incluyendo escuelas primarias y secundarias, una escuela de formación profesional y un centro de salud. También tenían un fuerte control sobre contrataciones y adjudicaciones de obras públicas y viviendas en el barrio. Además, contaban con un departamento de prensa para los movimientos sociales que lideraban y una Fundación que recibía fondos del Estado”, afirmaron.
“En resumen”, añadieron, “la evidencia presentada revela un entramado de poder, influencia y cooperación que implica directamente a Cesar Sena y a sus padres en el femicidio de Cecilia Strzyzowski”.
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