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Durante dos meses, Juan Arregin fue el abogado de la familia de Cecilia Strzyzowski, la joven asesinada el 2 de junio pasado y cuyos principales sospechosos son los integrantes de la familia Sena, dueños de uno de los movimientos sociales más importantes del Chaco. En esta entrevista con LITIGIO, recordó por qué dejó el caso, su relación actual con Gloria Romero, la mamá de Cecilia, su polémica contratación por parte del gobierno provincial como asesor jurídico y por qué cree que esta causa le costó la gobernación a Jorge Capitanich.

Miércoles, 20 de marzo de 2024

Por Bruno Martínez

A las cuatro de la madrugada de un sábado, Juan Arregin se dispuso a dar una conferencia de prensa. Ante una maraña de micrófonos de todos los canales de noticias del país, el abogado querellante fue contundente. Dijo que, a esta altura de la investigación, la fiscalía ya contaba con todos los elementos suficientes para elevar la causa a juicio. Juicio en el que deberían estar en el banquillo de los acusados los dirigentes sociales, Emerenciano Sena; su esposa, Marcela Acuña; el hijo de ambos, César Sena, y los empleados del clan Sena: Gustavo Obregón, Fabiana González, Gustavo Melgarejo y Griselda Reinoso. Todos acusados de haber participado, en mayor o menor medida, del femicidio de Cecilia Strzyzowski, la joven de 28 años a quien se la vio por última vez en la mañana del 2 de junio de 2023, ingresando en la casa de la familia Sena, en Resistencia.

Mientras Arregin daba la conferencia, su pareja lo miraba un tanto sorprendida. Al principio, ella no entendía muy bien qué estaba pasando. La situación era un tanto extraña teniendo en cuenta que en ese momento ambos estaban en la cama. Ella acostada, a su lado. Él sentado al borde del colchón. No había nadie más en la habitación.

La conferencia de prensa, con todos esos periodistas que lo escuchaban hablar en detalle sobre una de los hechos policiales más importantes del Chaco de la última década, sólo estaba ocurriendo en los sueños del abogado. Los micrófonos y las cámaras, en realidad, eran la pared del cuarto. Arregin estaba atravesando lo que se define técnicamente como somniloquía. Hablaba en voz alta, pero dormido, sonámbulo. Una vez que terminó su exposición, se despidió de todos, se acostó, dio media vuelta y siguió durmiendo.

Arregin cuenta esta anécdota para graficar el grado de obsesión que tuvo con la causa. Si bien sólo participó durante dos meses, fueron días intensos que hasta le provocaron trastornos en el sueño. Recuerda que se entregó por completo. A su trabajo técnico en sí, se le sumaba la tarea de atender a los medios, muy temprano por la mañana, durante la siesta y, en ocasiones, también muy tarde en la noche. Y sus participaciones en las marchas en reclamo de Justicia por Cecilia, colaborando incluso con los preparativos de cada manifestación. Entrega total, dice, sin domingos, ni feriados.

Llegó a la causa por gestiones de la actual subsecretario de Género y Diversidades, Sonia Valenzuela, mucho antes de ser funcionaria. Valenzuela milita en organizaciones feministas cercanas al radicalismo y tenía una relación estrecha con Gloria Romero, la mamá de Cecilia. La labor de Arregin como querellante en el caso por el femicidio de Sandra Silguero, asesinada el 16 de marzo de 2015 en Corrientes a manos de su ex marido, Daniel Borlicher (hoy prófugo de la justicia), fue la credencial más importante para que su nombre apareciera como opción potable.

Así fue que, a mediados de junio de 2023, se sumó a la querella junto con Gustavo Briend, luego de la intempestiva salida de José Galassi y Karina Gómez, representantes de Gloria Romero desde el inicio del caso. Después se sumaría su mediático colega, Fernando Burlando.

Mientras fue querellante se lograron medidas importantes, como la confirmación de la prisión preventiva de todos los imputados, un logro que Arregin celebró al día siguiente en sus redes sociales emulando al meme del actor, Guillermo Francella (“Hermosa mañana, verdad”).

Su relación con Gloria era excelente. En las imágenes de las marchas, se los veía siempre juntos. Había un lazo muy fuerte ahí. Sin embargo, dos meses después de tomar el caso, tras un audio filtrado donde se la escucha a Gloria hablar de celos profesionales entre él y Burlando, Arregin decidió apartarse.

Todo se inició con una reunión entre Gloria y el por ese entonces gobernador, Jorge Capitanich, en la cual participó únicamente Burlando. Posterior a ese encuentro, en una entrevista radial, Arregin reconoció que no fue invitado, pero que fue “mejor así” porque consideraba que Capitanich quería usar políticamente a Gloria, previo a las elecciones.

Después vino el audio de la discordia. “Burlando es el abogado representante, los demás trabajan en su equipo. Cuando se lo contrató a Burlando fue con esa condición. El tema de los celos profesionales ya está trayendo problemas porque se está diciendo cualquier cosa, y es muy probable que Arregin sea desplazado”, se la escucha decir a Gloria.

―Lo que ocurre con la causa es que la idea siempre fue despegar a la política del caso criminal. Entonces, frente a eso, mi consejo para con Gloria era no mezclar ―cuenta ahora Arregin, siete meses después de su renuncia―. Gloria venía con una posición muy clara contra el gobernador Capitanich. Y de hecho para el Día del Amigo, yo tengo un encontronazo con Gloria porque dos días antes en una nota a Radio Libertad yo dije que no había elementos para vincular al gobernador (Capitanich) con el asesinato, algo que objetivamente es así. Nunca tuve elementos para decir que Capitanich fuera instigador, cómplice o encubridor de los Sena. Esto fue tomado como una especie de traición.

“Nunca tuve elementos para decir que Capitanich fuera instigador, cómplice o encubridor de los Sena”

―¿Ese mismo día renunciaste?

―A la medianoche le avisé a Gustavo Briend y presenté el escrito por internet renunciando.  Se había cortado la confianza entre el cliente y el abogado. La causa Cecilia había dejado de estar en la parte de policiales y judiciales para salir en la de espectáculos. Se hablaba de cuestiones que no tenían que ver con la causa.

¿Volviste a hablar con Gloria después de eso?

―No hablé más con ella, aunque seguía en tratos con Mercedes Valois, la abuela de Cecilia. De hecho, en la misa que se hizo el 2 de marzo estuve presente. Siempre voy. Acompaño de esa manera.

En su momento dijiste que ibas a querellarla por los agravios que te dedicó.

―En realidad la idea era hacerlo. Yo siempre defendí mi prestigio. Es muy difícil que a mí me vean en un bar, tomando alcohol. Soy de cuidar mucho mi perfil. Cuando le rindo cuentas a Ángela (la hermana de Cecilia) de todo lo que había que entregar le había contado que un solo elemento se vendió, a pesar de que Gloria me dijo que venda todo. Después, Gloria da a entender como que yo le robé elementos. Nunca lo dice, porque es muy inteligente. Pero da a entender. Lo dije en caliente porque el callar a veces es otorgar. Pero al otro día me dije: “Tiene tantos problemas esta mujer para que yo le meta una querella”.  Aparte, como dije en mi mensaje final cuando dejé la causa, ojalá que encuentre paz en el corazón.

 

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Le escribo para pedirle su currículum. La idea es sumar datos a la nota. Dónde nació, dónde estudió y alguna información anexa para completar su perfil. Responde al pedido con el siguiente texto:

“Juan Antonio Arregin, 50 años de edad. Comprometido en matrimonio con su novia de los 18 años y de hoy, Cristina (La Flaca). Padre de dos hijas. Abogado penalista nacido en Ezeiza, Provincia de Buenos Aires, criado entre los 4 y los 18 años en Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco, y desde los 18 a los 46 años, ciudadano correntino. Se reivindica como correntino por opción. Es docente universitario, miembro de AFADA (Abogados y Funcionarios por los Derechos de los Animales) y del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos. Desde marzo de 2020, por la Pandemia COVID, está residiendo en Resistencia. A partir de su residencia en Resistencia ha trabajado activamente en la provincia de Chaco a la par de hacerlo en Corrientes. Defensor de la Educación Pública, reivindica sus orígenes. A su abuelo, Bernardino Arregin, nacido en Concepción, Corrientes, y a su padre, Alejandro Arregin, nacido en Sáenz Peña, Chaco. Especializado en Derecho Penal, ha trabajado como abogado de víctimas en diversas causas penales de repercusión social en Corrientes y fue querellante en representación de la familia de Cecilia”.

 

***

 

―¿Seguís los pormenores de la causa?

―Sigo muy atento. De hecho, me compré el libro de Anabella Messina (“Cecilia, El misterio del femicidio que conmocionó al poder”, Planeta, 2024). No pude leer todavía la de (el periodista y concuñado de Emerenciano, Ricardo) Goya sobre la causa (“La verdad es una mierda”, Editorial de La Paz, 2024). Por otra parte, tengo muchas dudas con respecto al juicio por jurados, porque los hice, tanto como querellante como defensor, y sé que esta causa no tiene nada que ver con las otras que se hicieron en la provincia. Insisto, la causa me interesa. Si alguien me pregunta, opino. Pero sin querer volver a involucrarme. Está cerrado el ciclo.

―Hablaste del juicio por jurados. ¿Cuál es tu reparo?

―La forma en que se lo lleva adelante en la provincia ha ido mejorando, pero sigue teniendo problemas en relación al cuidado de los jurados. El jurado puede recibir ofrecimiento de dinero o amenazas.

―Un juez también.

―Sin lugar a dudas. Pero la persona común… Yo en los juicios por jurados que tuve había una barrendera, un carnicero, una docente, un electricista. Son personas más permeables. También he tenido mis reparos en cuanto a que me parecía que una persona sin conocimiento del derecho no podría evaluar cuestiones tan graves como un exceso en una legítima defensa. Pero la experiencia me demostró que explicando en lenguaje sencillo uno puede lograr que la gente, con su sentido común, analice con las pruebas que uno le presenta y pueda determinar culpabilidad o no culpabilidad. Se dieron 45 juicios en el Chaco donde no todos son inocentes o no todos son culpables. Y esto da cuenta que la gente tiene un sentido común muy valorable y muy centrado. El sistema funciona. Estoy convencido que es bueno y que, para esta causa, más allá del mandato legal que dice que sí o sí hay que hacerlo de esta manera, mi reparo está con la protección del anonimato del jurado. Además del anonimato, el tema de la protección de la seguridad de las personas.

―Hasta ahora no se dio ningún caso de amenazas u ofrecimiento de dinero a jurados. O al menos no trascendió. Además, se mantuvo mucho discreción con la identidad, nunca se filtraron fotos ni nombres.

―Si, la gente es muy cuidadosa. A lo que voy es entendiendo el entorno, porque no es solamente una familia la involucrada sino todo un movimiento de personas que mucho de lo que tienen -y de lo que pueden perder- se lo deben a esta familia. En el imaginario popular esta gente es peligrosa. Para evitar esta autocensura del jurado, hay que garantizar eso, la seguridad. Tal vez peco de paranoico, pero considero que hay que extremar los cuidados.

―Para los fiscales de la causa, el móvil del crimen todavía no está muy claro. Para vos, ¿cuál fue?

―Hay tres elementos para analizar. La fiscalía desde un primer momento dijo que el móvil era de tipo económico y que ella habría encontrado o descubierto algo porque trabajaba para el movimiento y tenía acceso a las redes sociales. Pudo haber detectado movimientos económicos. Esa es una de las hipótesis. La otra, que también tiene mucha fuerza, se basa en dos datos: Cecilia no quiso ser parte del movimiento. Y segundo, le insistía a César para que estudie medicina, y de hecho él fue a una de estas academias para prepararse para el ingreso. La idea de Cecilia era que no estuviera en Corrientes, que era lo más cercano, sino que fuera a Rosario o a Córdoba, como una forma de separarlo, porque ella no quería saber nada con el movimiento social. Y la tercera, que era la que yo estaba convencido, que era la posibilidad de una hipótesis de embarazo fundada en un retraso del ciclo menstrual. Esto lo dicen los médicos que declararon, que ella ya había tenido un retraso y que César estaba muy esperanzado por eso.

―¿En ninguna circunstancia se trató la hipótesis de un femicidio simple, sin ningún tipo de vinculación o participación de la familia?

―Hay una referencia a un hecho de violencia que Cecilia se lo manifiesta a su psicóloga. César era una persona violenta, pero no hay ningún elementos que nos permitan decir que había una tercera persona de ninguno de los dos lados en una hipótesis de infidelidad. Nunca hubo nada tan grave, salvo de lo que se dice, que César era de contestar mal y que una vez le agarró del brazo. Pero no hubo una situación de golpiza, por ejemplo, como si puede ocurrir en la parte previa a un femicidio.

―Tengo entendido que una vez la agarró del cuello, en una toma de artes marciales.

―Si, es el mismo hecho. Fue en la camioneta donde la agarra del brazo y la toma del cuello. Insisto con una hipótesis que tiene más que ver con el entorno como para entender la causa. Cecilia no ingresaba a la casa de los Sena. Tenía prohibido ingresar porque no era bien vista por la familia. Y de repente surge toda esta invitación de viajar al sur por trabajo y el ingreso de ella a la casa. Esto habla de una planificación. Pero hay un dato que yo se lo planteé al doctor (Héctor) Sandoval (juez de Garantías 2 de Resistencia), cundo se confirmó la prisión preventiva de los Sena, que tiene que ver con algo que es importante en esta causa: el modus operandi, de qué manera el delincuente repite su forma de actuar. Si analizamos, en el primer allanamiento, cuando detienen a los Sena, no se encuentra nada en la casa. Pero cuando va Gendarmería con el georradar, se encuentra vestigio de su billetera, con la SUBE y su tarjeta de débito. Que estaba incendiada y con un elemento que según los peritos era un acelerador de combustión, que era nafta. El cuerpo de Cecilia, según declaró Gustavo Obregón en la causa, fue trasladado a Campo Rossi, donde fue apilado con leña y prendido fuego con nafta. Esto ocurrió el 2 de junio. El 5 de junio, fueron a juntar estos restos, los tiraron al río, volvieron a la casa de los Sena para llevar la valija de Cecilia al barrio Emerenciano y prenderle fuego con nafta. Esto queda registrado en los restos de la valija azul de Cecilia. Con lo cual, si analizamos esto nos da la teoría de planificación, porque la matan en su vivienda, la incendian en campo Rossi y su valija en el barrio Emerenciano. Y los tres con el mismo elemento: fuego y nafta.  Y los tres lugares donde había pleno predominio del poderío de los Sena donde nadie podía cuestionar o llegar a mirar lo que ocurría ahí. Esto refuerza la teoría de la planificación. Resulta casi imposible que Emerenciano no haya sabido nada, que algo haya ocurrido en su casa sin que él haya tenido participación. Si alguien se toma el trabajo de destruir hasta lo último de las pruebas, claramente sabía lo que estaba haciendo. Esto no era casualidad. Para mí, no era la situación de un novio engañado que vio que su pareja le era infiel y decidió matarla. No fue un exabrupto. Sea o no cierto la invitación para ir al sur, planificaron meterla a la vivienda a Cecilia y nunca contaron con la cámara de los vecinos.

“Resulta casi imposible que Emerenciano no haya sabido nada, que algo haya ocurrido en su casa sin que él haya tenido participación” 

―En el juicio también está la posibilidad de que el jurado considere que los padres de César fueron encubridores y no coautores. Y esto los hace no punibles por su relación de consanguinidad. Según el artículo 277 del Código Penal, están exentos de responsabilidad criminal. 

―Hoy lo puedo decir: yo no entendía cómo no fue la primera estrategia de defensa. Porque si yo hubiera sido (abogado defensor), desde el día uno hubiera ido por esa posibilidad. El artículo 277 dice que no son punibles, pero hacerlo hoy, después de tantos meses, casi a un año de la muerte de Cecilia, suena a estrategia. Y espero que la fiscalía le pueda hacer entender al jurado popular.

 

***

 

El contenido de las bibliotecas revelan aspectos de la personalidad de sus propietarios. No sólo por los libros que contiene, sino por los objetos que la adornan. Dan idea de intereses, pasiones, afectos. En su pequeño despacho, ubicado en el estudio “Buffone y Asociados”, en un edificio céntrico de Resistencia, Arregin tiene junto a sus libros dos cosas que se destacan: un portarretratos y una pequeña escultura en yeso.

El portarretratos tiene dos fotos: una vieja y otra actual. En una se ve una pareja muy joven, postadolescente, y en otra, una de mediana edad. Son las mismas personas, con treinta años de diferencia. Son él y Cristina, su actual pareja.

Por otra parte, la escultura es un busto de yeso blanco de un hombre de bigotes. Tiene el torso ancho, la mirada de estadista. Si uno presta mucha atención se puede distinguir que se trata del expresidente, Raúl Alfonsín. Arregin no lo oculta: se asume como radical, recuerda su militancia en Franja Morada y en sus redes sociales, además de chicanear constantemente al kirchnerismo, se lo ve portando orgulloso una bandera del partido de Alem.

Es bastante evidente que su filiación política, sumada a su altísima exposición mediática en el caso Cecilia, hizo que el gobierno de Leandro Zdero lo convocara en calidad de asesor jurídico. Sin embargo, esa convocatoria no pasó desapercibida y fue objeto de un fuerte escrache, principalmente desde cuentas anónimas de Instagram que se dedican a vilipiendiar severamente a la nueva gestión gubernamental. Se lo acusó, en concreto, de haber sido contratado con un suculento sueldo para armar causas en contra de funcionarios del gobierno de Capitanich en asociación con el actual ministro de Gobierno, Jorge Gómez, exfiscal del caso Cecilia.

―¿Seguís siendo asesor del Gobierno?

―Terminé un contrato de locación de servicio.

―¿Cuánto tiempo fuiste asesor?

―Tres meses.

―¿Quién te convocó? ¿El ministro de Gobierno?

―Sí. Fue sabiendo que yo trabajo en derecho penal y por una cuestión técnica. Nunca fui funcionario. Nos contrataron por los servicios junto a otros dos colegas.

―¿Para qué causas te convocaron?

―Ninguna en particular. Sino para un trabajo general, para eventuales situaciones vinculadas al derecho penal. Nada administrativo, porque no lo manejo. Pero sí para muchas de estas situaciones que se denunciaron, como la aparición de camisolines abandonados, remedios vencidos que no habían tenido una línea de cuidado. Hay otras denuncias también que estuvimos evaluando. Se evaluaban los informes de las nuevas autoridades y si había o no delito. Aconsejando. Un asesoramiento técnico.

―¿La Fiscalía de Estado no está para eso?

―En varias provincias hay abogados que asesoran externamente al Estado. Obviamente tiene que ver con la especialidad, el tipo de trabajo, con la confidencialidad de datos entregados. Y muchas de estas veces con la especificidad del trabajo. Me pareció una buena experiencia, pero en verdad, por lo mismo que te decía al comienzo con el caso Cecilia, ver mi nombre publicado y escrachado, no me parece bueno, ni para mí ni para mi familia. Agradecí y cumplí con mi trabajo.

Páginas anónimas de Instagram expusieron el monto del contrato de Juan Arregin y una conversación privada con el ministro de Gobierno, Jorge Gómez.

 

―Lo que planteaban estas cuentas anónimas es que un grupo de personas se aprovechó del caso Cecilia para llegar al nuevo gobierno y ocupar cargos o lograr contratos bien remunerados. Se te menciona a vos y al ministro Gómez. ¿Qué respondés?

―Yo podría haber pedido un contrato o decir “soy radical, puedo colaborar”. Pero la verdad es que no me interesa. No quiero ser funcionario. Blanqueé siempre, de hecho, está en mis redes sociales, que soy radical. Mi aparición con Cecilia no tiene que ver con la cuestión política. De hecho, cuando dirigentes radicales me pidieron una reunión con ellos, yo me negué. No participé. Sé diferenciar lo que es profesional y lo que es político. Cuando me escracharon, dije “esto no es lo mío”. Sigo siendo para mucha gente el abogado de Cecilia. Sigo siendo el abogado que tiene muchos casos en Chaco y Corrientes. Y la verdad es que esa tranquilidad vale mucho más que asesorar al Estado. Lo vi por ese lado. Se terminó mi contrato que era por tres meses. Y listo. Soy docente universitario, doy clases en Criminalística de la UNNE. Tengo muchísimos amigos en el gobierno de Corrientes, algunos funcionarios del gobierno del Chaco son mis amigos, pero mi experiencia política terminó.

―También se filtró una captura de pantalla de una conversación donde se dijo que junto al ministro Gómez estabas hablando de armar causas. ¿Esto es así?

―El contenido de esa conversación tenía un antecedente de más de un mes de las denuncias que habían hecho públicamente los funcionarios. Armado de causas es cuando uno arma toda una estrategia para perjudicar a alguien. En este caso, eran denuncias que se habían realizado donde había un antecedente. No es que hubo una planificación. Aparte, mi asesoramiento pasaba por otro lado.

―¿Y por qué el ataque hacia vos?

―Creo que el peronismo del Chaco jamás me va a perdonar que el caso Cecilia haya sido el detonante de la pérdida de poder de Capitanich.

―¿Creés que la derrota electoral fue por eso?

―Me lo hicieron saber algunos de los dirigentes del peronismo que durante la causa Cecilia me agradecían el respeto de no atacar al gobernador, pero ellos entendían que la relación de Capitanich con Emerenciano Sena hizo inclinar la balanza. Estos portales que me atacan, solamente se dedican a atacar al gobierno. No atacan a nadie más. Pero bueno, es parte de la política. Y por eso me fui, porque no quiero saber nada.


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