Federico Soto es productor de Radio Dos, una de las emisoras más importantes de Corrientes. Al igual que el ginecólogo Gerardo Dahse, condenado por violación en otra causa, continuará en libertad hasta que la sentencia esté firme. Claves para entender la denuncia que encendió una mecha feminista en la UNNE.
Viernes, 15 de diciembre de 2023
Por Andrea de los Reyes
Una etapa se cerró para M., una joven correntina, que denunció al periodista y productor radial Federico Soto por abuso sexual en el verano de 2018. Cinco años después, el Tribunal Oral Federal N°2 dio la razón a la sobreviviente y condenó al acusado a siete años de prisión en suspenso, hasta tanto la sentencia esté firme.
Este no es el único caso resonante que en los últimos meses dejó a hombres condenados por violación sin prisión inmediata circulando por la ciudad de Corrientes. En octubre pasado, el Tribunal Oral Federal N°1 dictó también siete años de prisión para el ginecólogo Gerardo Dahse por abuso sexual gravemente ultrajante, sin embargo, amparado por la interpretación jurídica del tribunal continúa en libertad.
El fallo contra Soto, conocido este jueves, no conformó a ninguna de las partes. La querella había pedido 19 años de prisión por los cargos y la detención inmediata; mientras que la defensa solicitó la absolución. Tras un mes de juicio, el TOF, integrado por Román Facundo Esquivel, como presidente, y Juan José Cochia y Ariel Héctor Gustavo Azcon, como vocales, definió la condena por “abuso sexual con acceso carnal, en concurso real con abuso sexual simple”. Se dispuso además que Soto permanezca en libertad, que no tome ningún contacto con la víctima y que cumpla la obligación de concurrir cada tres meses al tribunal “hasta tanto quede firme la sentencia”. Este punto es el más cuestionado desde la querella.
La abogada Sofía Domínguez, quien se sumó sobre el final del juicio a la querella, dijo a la salida de tribunal que “por la gravedad de los hechos y, además, el daño que se ha infringido a la víctima, daño físico y psicológico, creemos que corresponde a la pena máxima”. Y agregó: “Creemos que los justos son los 19 años y la prisión efectiva”. Domínguez, que también actuó como abogada querellante en el juicio de Dahse, sostuvo que si bien la fiscalía, a cargo de Gustavo Schmitt, hizo “una buena labor” en la constitución de la causa, le parece “realmente muy poco” pedir siete años para los delitos que se estaban imputando.
¿Cancelación?
Por su parte, Jorge Barboza, abogado defensor del periodista sostuvo su disconformidad con el fallo y anunció que apelará la condena. Es que Soto ratificó siempre su inocencia. Incluso al momento de hacer uso de la palabra, aún sin referirse a los hechos concretos, a los detalles y testimonios que se conocieron durante el juicio, se mantuvo en esa línea.
Barboza avanzó unos pasos más de la defensa legal y apuntó contra la sociedad por querer “cancelar” a su cliente. “Entiendo que la pena no tiene ninguna prohibición de trabajar. Después, obviamente, el medio en el que él trabaja tomará las determinaciones que crea conveniente. Pero cancelar a un ciudadano porque fue condenado por un delito es una aberración social. En definitiva, si cometió un delito y el tribunal en el juicio es culpable, y pagará su responsabilidad por los años de cárcel que le correspondan, pero la cancelación social es algo que está de moda”, se explayó en diálogo con Radio Sudamericana.
Más allá de la interpretación del abogado sobre la cultura de la cancelación, de la que cree víctima a su cliente condenado por violación, lo concreto es Soto continúa en el mismo lugar de trabajo que cuando fue denunciado.
¿Quién es Federico Soto? Se trata de un periodista correntino, ex estudiante de la carrera de Comunicación Social, que continúa trabajando en Radio Dos, una de las principales emisoras de la provincia de Corrientes, gerenciada por el Grupo ERSA y asociada al diario Época.
En 2018, Soto había sido suspendido de la emisora cuando la denuncia, que comenzó en las redes sociales, se formalizó en el foro local. La radio había emitido entonces un comunicado sosteniendo que el periodista, que realizaba móviles en la calle con especial interés en la cobertura de la agenda feminista, había sido suspendido hasta que se dilucidara la situación y, en caso de que avance la imputación, sería despedido. Nada de ello ocurrió. La suspensión duró unas pocas semanas. Al tiempo fue recuperando protagonismo en la estructura de la radio, que dos años más tarde, se funcionaría con el diario Época. Desde entonces, su rol está ligado al área digital del multimedio y a la producción de espacios relevantes de la radio.
Organización
Con sus cuestionamientos, limitaciones y consecuentes reclamos, la condena a Soto es el un primer cierre de un largo proceso que comenzó varios años atrás y que involucró de manera tangencial a instituciones y empresas del medio, desde el Departamento de Comunicación Social, a la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste, la Asociación de Periodistas de Corrientes y, como se mencionó, a Radio Dos, pero también a otros medios de comunicación de la provincia.
La primera chispa saltó en el verano de 2018, una carta anónima en las redes sociales se viralizó con el nombre y apellido del periodista; detallando una denuncia por violación. Facebook y Twitter fueron las redes sociales que posibilitaron la circulación de la acusación de manera expansiva, lo que obligó a diversos actores a reflexionar sobre en el asunto y sobre las entidades públicas y privadas involucradas. ¿Cómo actuar de manera individual y colectiva ante una denuncia anónima? ¿Cómo contener a las sobrevivientes en espacios seguros, institucionales y protocolizados? ¿Qué podía o debía hacer la universidad ante un hecho que involucraba a estudiantes que podían cruzarse en los pasillos de la facultad respetando el principio de inocencia, pero protegiendo a las personas que denuncian?
El escrache inicial se convirtió en una denuncia formal en el Juzgado de Instrucción N°6. El acompañamiento de las organizaciones feministas, que comenzaron a tomar mayor volumen y densidad en territorio correntino al calor de la ola verde, fue central para que el caso se conociera y se respetaran las pautas sobre como manejar la información para evitar la revictimización. Estrenaba formación entonces el Colectivo de Mujeres Organizadas y el Frente de Mujeres de la UNNE, de allí se surgirían nuevas organizaciones de mujeres feministas de Corrientes y Chaco.
En ese contexto y en un caldeado inicia de clases, autoridades de Humanidades se refirieron al tema y a la necesidad de encauzar el protocolo contra la violencia de género que se venía discutiendo desde tiempo atrás en distintos espacios de la universidad. En un tono similar, pero con una incidencia más cercana por las personas involucradas, el cuerpo docente del Departamento de Comunicación Social requirió la suspensión provisoria del denunciado a través de los órganos correspondientes. La discusión interna, disparada por el caso, también promovió espacios de discusión inter cátedras y la exigencia del protocolo de actuación.
Finalmente, el 12 de diciembre de 2018 el Consejo Superior de la Universidad Nacional del Nordeste aprobó el “Protocolo institucional ante situaciones de discriminación y violencia de género u orientación sexual”. Su implementación demoró un tiempo, pero en la actualidad, cada unidad académica cuenta con un espacio seguro para denuncias sobre hechos de violencia, acoso y abuso. Incluso, este protocolo, fue utilizado en los últimos días como herramienta de articulación dentro del multimedios para evitar que Federico Soto, condenado por violación, comparta espacios con las trabajadoras.
En libertad
Mientras se concretan las apelaciones correspondientes desde ambas partes, Soto continúa en libertad. En una situación similar a la del ginecólogo Dahse, sobre quien pesan nuevas denuncias y un nuevo escrache en las redes sociales por continuar ejerciendo la medicina.
La abogada de la querella, Sofía Domínguez, remarcó que “en los alegatos, la querella solicitó prisión inmediata para garantizar la seguridad de la víctima, la integridad de la víctima. Y además porque al haber una condena, aumenta el peligro de fuga. No es el mismo el peligro de fuga de una persona que no tiene una condena que de una persona que sí tiene una condena y más probabilidades de ir a prisión”.
Una etapa se cerró este jueves para M. pero el pedido de justicia continuará expandiéndose hasta que la condena se haga efectiva. Mientras tanto, las huellas de este caso emblemático continuarán marcando un camino diferente para Corrientes.
Si sos estudiante de la UNNE podés denunciar de manera anónima en un mail seguro de tu facultad:
https://www.unne.edu.ar/comunidad/direccion-de-politicas-de-genero-y-diversidad/