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Entre los confirmados en el futuro gabinete de Leandro Zdero se encuentra un viejo conocido: el exministro de Gobierno durante la gestión de Roy Nikisch, Hugo Matkovich. En esta oportunidad será designado como titular de la cartera de Seguridad, lugar desde donde volverá a manejar a la Policía del Chaco. Un pasado de represión a la protesta social e intento de domesticación del Poder Judicial.   

Martes, 28 de noviembre de 2023

Hugo Matkovich, futuro ministro de Seguridad del Chaco.

Por Bruno Martínez 

Leandro Zdero lo anticipó en el debate preelectoral. El 29 de agosto pasado, cuando aún era candidato, el gobernador electo dejó en claro cuales serían sus lineamientos en materia de Seguridad en caso de ser elegido: ascensos y “fuerte respaldo” para la Policía, lucha contra el narcotráfico y mano dura con los cortes de calle. Es por eso que no sorprende su decisión de nominar a Hugo Matkovich como su futuro ministro de Seguridad.

Abogado egresado de la UNNE, Matkovich fue intendente de la localidad de Presidencia Roca, legislador provincial, integrante del Consejo de Seguridad Interior y del Consejo de la Magistratura y Jurado de Enjuiciamiento.

El paso de Matkovich como titular del Ministerio de Gobierno durante la gestión de Roy Nikisch (2003/2007) dejó un mal recuerdo, sobre todo para aquellos sectores que ante diversos reclamos sólo recibieron como respuesta los palos de la Policía.

Basta con recordar lo que ocurrió en enero de 2006, cuando casi 200 familias fueron reprimidas a palazos y postasos de goma por haber ocupado viviendas sin terminar en Puerto Vilelas, luego de que se quedaran sin nada producto de un fuerte temporal.

“Vinimos acá porque nuestros ranchos se rompieron todos con la tormenta de la vez pasada y queríamos arreglar la situación legalmente, pero nos hacen esto; nos trataron como a animales”, se quejó tras el desalojo Juana Gómez, una madre de siete hijos cuyas pocas pertenencias fueron arrojadas a la calle por la policía como las de los otros desalojados. Sobre la represión, la mujer relató a Página/12 que “no perdonaron a nadie, ni a los viejos ni a las criaturas”.

Eduardo Omar Molina, por ese entonces juez del Superior Tribunal de Justicia, inició una investigación para determinar las responsabilidades en ese hecho. Ese fue el inicio del fin para él. Enfrentado con el Ejecutivo Provincial, distanciado de sus pares del Máximo Tribunal y amenazado con el inicio de un juicio político por presuntamente utilizar a un agente de la administración pública para tareas particulares, Molina decidió renunciar al cargo en junio de 2006.

La Justicia y una cena

Hubo otros jueces además de Molina que la pasaron muy mal en esos tiempos. Uno de los episodios más recordados fue el caso Volman. Como miembro del Consejo de la Magistratura, en representación del Poder Ejecutivo, el por entonces ministro Matkovich se sumó a la mayoría de los consejeros que votaron en diciembre de 2006 a favor de iniciarle un jury de enjuiciamiento a la jueza Civil y Comercial 5, Cynthia Lotero de Volman, en una votación que salió 5 a 2.

Si bien formalmente el jury se inició en base a una catarata de denuncias presentadas por el abogado particular, Juan Carlos Sandoval (la denunció en 17 oportunidades por cuestiones muy diversas), lo cierto es que el pecado de Volman fue haber hecho lugar a una gran cantidad de amparos en contra del Ejecutivo, como los otorgados a los docentes para que se les devuelva el dinero descontado de sus sueldos por los días de paro realizados.

La misma noche en la que el Consejo de la Magistratura decidió la suspensión, que duró 16 meses hasta su sobreseimiento, parte de los consejeros que votaron contra Volman se fueron a cenar a un restaurante ubicado en el macrocentro de Resistencia. Parecía un festejo.

De esa mesa participaron, entre otros, el ministro Matkovich y el fallecido exjuez del Superior Tribunal de Justicia, Ricardo Franco. La escena fue por demás escandalosa, sobre todo para quienes creen en el respeto a la división de poderes. También estaba en el restaurante, pero en una mesa aparte, el exgobernador y líder indiscutido del radicalismo de ese entonces, Ángel Rozas.

Mientras se producía la controvertida cena, un grupo de dirigentes políticos, sociales y activistas de Derechos Humanos, nucleados en lo que se conoció como “El Foro por una Justicia Independiente”, protagonizó un memorable escrache contra los comensales que quedó registrado en video y que hasta hoy se puede ver en YouTube.

“Vos, Matkovich, torturaste a aborígenes que estaban en el cuarto piso de Casa de Gobierno apagándole la luz durante 33 días. Te vas a arrepentir de eso toda tu vida. Tus hijos y tus nietos te lo van a demandar”, se escucha al expresidente del Instituto de Colonización y primo del gobernador, Jorge Capitanich, Esteban Branco Capitanich, mientras apunta con el dedo al ministro.

Branco Capitanich (quien falleció en 2019) se refería a la huelga de hambre de más de un mes que protagonizaron 12 miembros de comunidades indígenas en la oficina de Matkovich en reclamo del cese de la venta de tierras fiscales a particulares, un plan de viviendas para las familias originarias y la relocalización de criollos que ocupaban tierras de propiedad comunitaria indígena, entre otros pedidos. La protesta, que se realizó a mediados de 2006, fue acompañada por un gran acampe en la plaza central de la capital chaqueña.

En esa ocasión, para romper la huelga, desde el Gobierno se decidió cerrar el cuarto piso a la prensa, cortar el suministro eléctrico para que los huelguistas no puedan recargar sus celulares e inundar con productos desinfectantes el lugar para viciar el aire. La protesta concluyó 33 días más tarde, con un acuerdo entre las comunidades y el gobierno provincial.

Lo que se viene

¿Qué esperar del regreso de Matkovich? ¿Cómo será el vínculo del ministro con la protesta social? “Matkovich es un dirigente político de militancia histórica en la UCR, experimentado en lo territorial y la gestión, conocedor del Estado de otros momentos, con terminales en la interna policial y la interna política de la UCR. Es decir, con cierta cintura política, pero con apego a métodos de operaciones políticas y hasta violencia desde el Estado”, comentó a LITIGIO el exdiputado provincial del Frente Grande, Daniel San Cristóbal.

Para el exlegislador, Matkovich es un representante de la “mano dura” en cuanto respuesta a la protesta social, y también tuvo el rol de “ordenar” al Poder Judicial de aquel entonces, buscando aleccionar y perseguir a los jueces y funcionarios judiciales que no se plegaban a las directivas del Poder Ejecutivo. “En mi opinión, Zdero pretende establecer una señal: vamos a reprimir, apelando a la tradición de ese dirigente”, indicó San Cristóbal.

El también exdiputado provincial de Libres del Sur y exsubsecretario de Derechos Humanos del Chaco, Carlos Martínez, coincidió en la apreciación al señalar que la figura del exministro estuvo asociada a la resolución de las demandas sociales a “través del uso de la fuerza, de la Policía”.

Para Martínez, la designación de Matkovich es un “mensaje” hacia cómo se enfrentará la protesta social en el gobierno de Zdero, en el marco de una escalada represiva que también tuvo sus representantes en el gobierno de Jorge Capitanich, como fue el caso del expolicía y exsubsecretario de Represión de Piquetes, Gustavo Olivello.

De todos modos, reconoció que los tiempos cambiaron y que la mano dura no será tan gratuita como a principios de los 2000, teniendo en cuenta que actualmente existen protocolos de actuación de las fuerzas de seguridad en manifestaciones sociales que delimitan con claridad qué puede y qué no puede hacer la Policía en esas circunstancias. “Hay un marco regulatorio que hay que respetar”, indicó.

Algo está claro: Zdero vino para enfrentar al movimiento piquetero del Chaco. Fue su promesa de campaña. Muchos lo votaron por eso. Si bien nunca se debe descartar la posibilidad de un pacto, todo indica que cumplirá con su palabra.


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