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Lo hizo Patricio Sabadini, fiscal Federal de Resistencia, al presentar un requerimiento de elevación a juicio contra una banda narcocriminal que tenía como territorio de sus operaciones las localidades de Sáenz Peña, Castelli, Miraflores, Tres Isletas y Resistencia, y que estuvo activa al menos durante 17 meses. El jefe de la organización sería el exayudante fiscal de narcomenudeo en Castelli, Ariel Peña. Hay ocho imputados, entre ellos policías y gendarmes.

Martes, 24 de octubre de 2023

Ariel Peña, exayudante fiscal de narcomenudeo en Castelli.

La investigación fiscal preparatoria contra la narcobanda que presuntamente lideraba el ahora exayudante fiscal de narcomenudeo en Castelli, Ariel Peña, llegó a su fin. El fiscal Federal de Resistencia, Patricio Sabadini, presentó ante la jueza, Zunilda Niremperger, el requerimiento de elevación a juicio para que tanto Peña como un grupo de gendarmes y policías del Chaco sean enjuiciados por un amplio abanico de delitos, entre los que se cuentan los de asociación ilícita, tráfico de drogas y amenazas.

En su escrito Sabadini explicó que esta es una “organización criminal” dedicada al armado de procedimientos relacionados a hechos de narcotráfico. Estos hechos tuvieron su desarrollo territorial en el interior de la provincia del Chaco, principalmente en Sáenz Peña, Castelli, Miraflores y Tres Isletas, pero también en Resistencia. La banda tenía como integrantes a Ariel Peña, quien se desempeñaba como ayudante fiscal de las fiscalías de Narcomenudeo 1 y 2 de Resistencia, y a personal de distintas fuerzas de seguridad. Esta organización estuvo activa, aproximadamente, unos 17 meses: desde mayo de 2021 hasta octubre de 2022.

¿Quiénes son los imputados y de qué delitos se los acusa? Los imputados son ocho: además de Peña, están implicados cinco gendarmes y dos policías. Al ayudante fiscal se lo imputa por los delitos de Asociación Ilícita agravada por ser jefe u organizador; tráfico ilícito de estupefacientes, bajo la modalidad de comercio y distribución, doblemente agravado; abuso de autoridad e Incumplimiento de deberes de funcionario público; extorsión; falsedad ideológica en concurso real entre sí, en calidad de autor.

Similar imputación, aunque en calidad de integrantes de la banda, le cabe al exjefe de la División Microtráfico de la Policía del Chaco en Sáenz Peña, Héctor López; y los gendarmes José Noguera, Ricardo Boituzat, Patricia Giménez, Ariel Alejandro y Enzo Aguirre.

El caso del cabo de policía, Carlos Miño, es distinto. Si bien a Miño le dictaron la falta de mérito por los delitos similares a los mencionados anteriormente, está requerido a juicio por el delito de “amenazas”. Dichas amenazas habrían sido perpetradas por el cabo el 6 de octubre de 2022, cuando en horas del mediodía, ingresó de manera intempestiva a las oficinas de la División Drogas Peligrosas de la Policía del Chaco en Castelli.

“Gonzalo, ya me las vas a pagar”; “quédense tranquilos que sé donde viven y donde viven sus familiares” y “ya no soy más policía así que si quiero te meto una puñalada”, fueron algunas de las amenazas que habría proferido Miño a sus colegas, tras conocer que había una investigación de la Justicia Federal en marcha en su contra.

El requerimiento fiscal recuerda además que esta investigación se inició en virtud del requerimiento de Instrucción formulado el 30 de septiembre de 2021 por parte del Fiscal Federal a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad, Martín Uriona, en conjunto con la Fiscalía que encabeza Sabadini a raíz de las actuaciones remitidas por el Jefe de la Unidad de Investigación de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales “Sáenz Peña” de Gendarmería Nacional, Segundo comandante Guillermo González a efectos de investigar la comisión de delitos previstos en la Ley 23.737 (Drogas) y determinar la existencia, circunstancias y responsabilidades de un grupo de personas que integraban “una organización criminal”.

El informante

Hay una pieza clave en esta investigación. Se lo denominó “Informante 101”. Es un testigo de identidad protegida quien brindó detalles muy importantes para entender tanto la metodología de la organización criminal como para individualizar a los integrantes.

Según este informante, cuyo relato forma parte del expediente judicial, Peña tenía dos formas para abastecerse: una era a través de proveedores directos, que lo abastecían con grandes cantidades. Y otra eran en los propios operativos que él comandaba junto a sus policías de confianza.

En los allanamientos que lo tenían al mando, sólo una parte de lo incautado era incluida en los registros oficiales mientras que el resto quedaba para la banda, por fuera del radar de la Justicia. Luego, la sustancia era reinsertada al circuito ilegal de comercialización a través de revendedores que operarían bajo sus órdenes.

El testigo indicó además que, para mantener a raya al mercado, apoderarse del territorio y limpiar a la competencia, lo que hacían era operativos montados. ¿Cómo? Obligaban a los vendedores de drogas que respondían a su organización a que contacten a otros dealers, que no estaban incluidos en la banda. La idea era simular una transacción. Tras pactar un día y lugar, Peña y sus policías de confianza los estarían esperando para interceptar el cargamento y posteriormente quedarse con todo.

Peña tendría además a su cargo casi una veintena de dealers que comercializaban droga para él. El ayudante fiscal, de acuerdo a la denuncia, se aseguraba que le sean leales. Es que, si no cumplían con la venta de droga que él les facilitaba, o no le prestaban la colaboración necesaria para eliminar a otros eventuales competidores, eran amenazados con ser investigados o detenidos.

De hecho, se dieron casos en los cuales se les armaron causas a dealers en operativos presuntamente fraguados y conducidos por Peña para que, una vez recuperada la libertad, el vendedor se sume a su organización, pero ahora bajo sus órdenes.

Los hechos

Se tomaron como base de la imputación fiscal una serie de hechos irregulares que abonan a la hipótesis respecto de la existencia de una narcobanda integrada por integrantes de las fuerzas de Seguridad y un empleado judicial.

El primer hecho se refiere a una situación ocurrida en junio de 2021, en Castelli, en un domicilio próximo a calle Chubut y calle 10. Allí habría sido detenida una mujer de nombre Cintia, en el que se incautó sustancia estupefaciente consignada en aproximadamente 140 kg de marihuana, cuando en realidad se trataba de 230 kg de esa sustancia.

En ese procedimiento intervino personal de la “División Microtráfico Sáenz Peña” al frente de la cual se encontraba López, bajo las directivas del ayudante fiscal Peña. Este último, al haber tomado conocimiento de que en ese lugar se hallaba esa cantidad de estupefacientes decidió encomendar a la citada división su intervención. De esa manera, según la fiscalía, la organización se apoderó del estupefaciente excedente no consignado ello en el acta correspondiente, para su posterior comercialización.

El segundo caso se refiere a una serie de irregularidades que se observaron en un procedimiento realizado el 16 de junio de 2021, practicado en el norte de la provincia conocido como Paraje Invernadero, Camino Tres Pozos- Sauzalito. En ese operativo, donde se secuestraron 31 kilos de marihuana, intervino el Juzgado Federal de Presidencia Roque Sáenz Peña. Por el volumen del secuestro, y al estar interviniendo la justicia Federal, la presencia de Peña en el lugar sólo se explica por la relación de tipo personal que mantenía con López. De hecho, eran muy amigos, al punto de ir juntos de vacaciones a Brasil.

Por otra parte, su participación en la presunta organización criminal dirigida por Peña queda evidenciada en una conversación de fecha 27 de diciembre de 2021, en la cual López habla con su interlocutor sobre un supuesto secuestro que estaría listo para efectuarse, pero que no tenían certeza de cuándo se llevaría a cabo, señalando que podría hablar con “Hemilse” para que les autorice un allanamiento en un campo ubicado en la Ruta 95, pero que sólo haría mención de una parte de los narcóticos.

Ello en coincidencia con el procedimiento desarrollado el 26 de enero de 2022, del cual surgen coincidencias en cuanto al lugar y la zona donde se encontró el material estupefaciente.

Tres Isletas

El tercer hecho que está en la mira de la fiscalía es el vinculado al procedimiento del 26 de enero de 2022, el cual tuvo lugar en una zona cercana a la localidad de Tres Isletas. Allí se secuestraron 7,586 kilogramos de marihuana y 704 gramos de cogollos (flores de la misma sustancia). Ese operativo tuvo la intervención de Peña, una vez más, junto al personal de la Policía Federal y de la Policía del Chaco.

Según informe ÑQ 1-2074/59 de los datos obtenidos de escuchas telefónicas al abonado utilizado por Ariel Peña se habría contactado al menos tres veces con una persona por teléfono para informarle que dos hombres oriundos de Formosa le solicitaron auxilio porque su vehículo se quedó en el barro, agregando que al acercarse pudo visualizar que el rodado tenía dos impactos de bala.

También le manifestó que habrían querido asaltarlos y que por eso quedaron ocultos en el monte, no muy lejos de la camioneta. Al preguntar Peña a su interlocutor si podía acercarse hasta allí, le respondió que en unos momentos iría. En ese mismo instante se hizo presente un patrullero de la Policía del Chaco y, aparentemente, detuvieron a uno de los sujetos escondidos.

En las dos comunicaciones posteriores, el interlocutor no identificado le solicitó a Peña que se apresure a llegar, ya que estarían por arribar aún más policías a la zona. Ante dicha situación, le pidió que le detalle qué policías estaban presentes, y que le mande fotografías de los sujetos y de la camioneta con la patente. Posteriormente, Peña le solicitó que de una u otra forma la policía retenga a los sospechosos y que esperen a que él llegue al lugar, señalando que debía invocar que el policía, Héctor Gay (actualmente detenido por otras causas vinculadas a corrupción policial) era quien daba la orden.

Dibujado

Posteriormente, surgió de una conversación telefónica entre Peña y un sujeto que el operativo de Tres Isletas fue “dibujado” y que, en realidad, junto con personal de la Policía Rural encontraron una bolsa con material estupefaciente. También le indicó que no dejara nada asentado, que estaba a la espera de “su gente” para hacerse cargo.

Al respecto, según el informe preliminar realizado por la Policía de Tres Isletas, expresaron como hora de anoticiamiento del hallazgo de la droga las 23.30, siendo que del registro de la intervención telefónica surge que el hecho fue descubierto a las 21.53 del mismo día. Casi dos horas antes.

Por otra parte, también se investiga un hecho donde intervinieron los efectivos de Gendarmería Nacional mencionados en la imputación, quienes formaban parte del Grupo Operativo de Investigaciones y Procedimientos (GOIP) del Escuadrón de Sáenz Peña.

Fue en un procedimiento llevado a cabo en mayo de 2021, en cercanías de un lugar conocido como la gruta de San Expedito, sobre ruta 95, de Tres Isletas. Allí, Peña había coordinado con un hombre para que éste se contacte con un narcotraficante de Sáenz Peña, de nombre Miguel González, más conocido como “Chupa Chichi” (asesinado a fines de septiembre de este año por un productor, en la zona rural de Tres Isletas).

La intención era que esa transacción fraguada sirva para que personal de Gendarmería Nacional procedan a detener a González, procedimiento que al final se llevó a cabo, pero que no terminó con la detención de Chupa Chichi, quien logró escapar, sino con la de uno de sus presuntos secuaces, de nombre Aldo Gerez, a quien se le secuestró casi un kilo de cocaína.

De acuerdo a la fiscalía, si bien fue esa la cantidad de estupefaciente consignada en el acta de procedimientos, se trataba en realidad de una cantidad mayor, respecto de la cual los gendarmes Boituzat y Aguirre tenían pleno conocimiento, conforme surge de las conversaciones que entre ellos mantuvieron en las que daban cuenta que existieron “más panes” en dicho procedimiento, incluso a partir de la preocupación observada en Aguirre respecto a lo que pudiera declarar el imputado Gerez.

Otro hecho en que este grupo de personas intervino y que da cuenta del conocimiento privilegiado con que contaba, fue el producido el 27 de junio de 2021, cuando el subalférez Luciano Olmos, que se encontraba a cargo del control de ruta con su patrulla en cercanías a la localidad de Quitilipi, y justamente al momento de replegar al Escuadrón, recibió una llamada del Aguirre, quien le informa que el GOIP estaba trabajando en el lugar, en el marco de una causa judicial según la cual un motovehículo conducido por un hombre quien, acompañado de una mujer, se estarían trasladando desde Formosa hacia Pampa del Indio, agregando que la moto iría con un carrito con doble fondo, cargado de estupefaciente.

Al dirigirse al lugar, Olmos constató que dicho motovehículo estaba trasladando drogas -más de 9 kilos de marihuana- procediendo en ese mismo acto a la detención de una mujer y un hombre. La precisión del dato suministrada por el Gendarme resultó llamativa.

Las Bravas

En otro procedimiento realizado el 14 de julio de 2021, dos efectivos de Gendarmería Nacional, recibieron una llamada telefónica del segundo jefe del Escuadrón de Sáenz Peña, en el que le ordenan brindar apoyo al GOIP, el cual se encontraba en cercanías a la localidad de Fortín Lavalle, recibiendo a su vez llamada telefónica del encargado del GOIP, en la que le pedían apoyo con testigos en el Paraje Las Bravas.

Al llegar al lugar, siendo guiados por Boituzat, encontrándose también los gendarmes Alejandro y José Noguera. Éste último manifestó que cuando se encontraban desplazándose a pie por una senda con dirección al Rio Bermejo, observaron a un hombre, quien logró escapar.

Entre la maleza se encontraron dos bolsas arpilleras de color blanco, secuestrando más de 16 kilos de marihuana, lo que denotaba la organización entre los involucrados y personas civiles, a efectos de comercializar con el estupefaciente hallado en ese procedimiento “sin detenidos”.

Esto último a partir que ya con anterioridad al 14 de julio, un mes antes aproximadamente, la organización ya hablaba de este movimiento que se estaba por producir, cuyo dato fuerte daba cuenta que se iba transportar aproximadamente 100 kg de marihuana. Finalmente, el secuestro fue menor, y sus autores se dieron a la fuga.

 

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