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En el marco de la causa por el presunto femicidio de Cecilia Strzyzowski, la Cámara de Apelaciones Criminal y Correccional dio a conocer esta semana los fundamentos para rechazar el pedido de libertad solicitado por la pareja de Cecilia y por los colaboradores de la familia Sena. También se conoció la estrategia defensiva del principal imputado, con explicaciones extremadamente diferentes a las planteadas por el Ministerio Público Fiscal respecto de lo que sucedió.

Viernes, 1 de septiembre de 2023

Los jueces de la Cámara de Apelaciones Criminal y Correccional del Chaco, Héctor Geijo, Daniela Meiriño y Ernesto Azcona, dieron a conocer esta semana los fundamentos por los cuales se rechazaron las apelaciones a las prisiones preventivas dictadas contra César Sena, imputado por el presunto femicidio de su pareja, Cecilia Strzyzowski, y de las cuatro personas que se encuentran imputadas por el supuesto encubrimiento agravado del hecho: Gustavo Obregón, Fabiana González, Griselda Reinoso y Gustavo Melgarejo, todos colaboradores de la familia Sena. Las defensas tienen diez días hábiles (contando desde el miércoles de esta semana) para recurrir en casación a la Sala Segunda en lo Criminal y Correccional del Superior Tribunal de Justicia.

En relación a César Sena, acusado por homicidio agravado triplemente calificado, los jueces consideraron que es un individuo que de recuperar su libertad podría entorpecer la investigación, amedrentar testigos y hasta darse a la fuga. Además, señalaron que hay indicios suficientes para que en esta etapa del proceso haya certezas con grado de probabilidad de su participación en el crimen de su pareja.

“No debemos dejar de mencionar las relaciones de la familia Sena con personas posiblemente vinculadas al poder que podrían brindar mayor capacidad y mecanismos para que Cesar pueda profugarse o continuar con el despliegue de acciones tendientes a evitar que la presente causa llegue a Juicio, ello se vislumbra al ser analizados los elementos probatorios incorporados”, indicaron.

Con relación a Melgarejo (cuidador de la chanchería donde habrían quemado los restos de Cecilia) y a su esposa, Griselda Reinoso, los magistrados consideraron que hay certeza con grado de probabilidad de que los mismos participaron activamente en la quema del cuerpo.

“Es que estamos persuadidos de que, para que el cuerpo de una persona sea reducido a aquellos huesos y se encuentren en dicho estado, se requiere de un tiempo prolongado, por lo menos de entre 6 a 8 horas -aprox.- de fuego constante, por lo que el accionar de los caseros ha sido de vital importancia para mantener y avivar el mismo”, indicaron.

Con relación a Obregón, mano derecha de Emerenciano Sena, indicaron que existen “altas posibilidades de fuga, por su compromiso asumido previo a ser aprehendido con hacer desaparecer los rastros del delitos, y lograr la impunidad suya, y de los suyos, inclusive la de Cesar Sena, Emerenciano Sena y Marcela Acuña”. A su vez, indicaron que su pareja, Fabiana González, secretaria de Acuña, también participó del encubrimiento en tándem con su marido.

La confirmación de las preventivas de los cinco imputados se suma a las de Emerenciano Sena y Marcela Acuña, ratificadas por el Juzgado de Garantías N°2, a cargo del juez Horacio Sandoval.

“Enumeración genérica”

Previo a tomar una decisión, los jueces escucharon a las partes. Una de ellas fue Gabriela Tomljenovic, exfiscal de narcomenudeo y actual defensora de César Sena, quien brindó una serie de razones por las cuales su defendido debería atravesar el proceso que se le sigue en libertad o en prisión domiciliaria.

En primer lugar, acusó al Equipo Fiscal Especial, conformado por Jorge Gómez, Nelia Velázquez y Jorge Cáceres Olivera, de echar mano a una enumeración “genéricas” de hechos, sin pruebas “directas” de la implicación de su defendido con el caso. Sostuvo que no hay razón alguna para que se lo pueda vincular a César Sena con el hecho, “ni siquiera en grado de colaboración”.

Gabriela Tomljenovic, abogada de César Sena.

Sostuvo que no hay pruebas del presunto acuerdo de voluntades entre César y sus padres para perpetrar el presunto crimen. Negó que Cecilia tuviera dependencia emocional ni económica de su pareja (“tenía trabajo” y “se atendía por el InSSSeP”), que hubiera habido una relación de poder desigual con el imputado (“él es una persona de 19 años, saliendo de la adolescencia”) y puso en duda que la familia de César le hubiera ofrecido viajar a Ushuaia para instalarse y trabajar (“puede ser que eso estuvo en la imaginación de Cecilia”).

Pero Tomljenovic fue más allá: dijo que ni siquiera está probado que la joven de 28 años esté fallecida. “Claro es que está desaparecida, no hay pruebas que esté muerta”, afirmó.  Dijo que Cecilia pudo haber salido a través de una puerta que no registra la cámara ubicada en frente de la casa de la familia Sena, en Santa María de Oro 1460.

¿Qué dijo en relación a los rasguños que tenía César en su cuello y que el celular de Cecilia se movía a medida que su pareja lo hacía? Sobre lo primero dijo que “pudo haber ocurrido una pelea entre ellos”. Y en cuanto a lo segundo, afirmó que “pudo ser porque el celular de Cecilia se haya quedado olvidado en la camioneta, tal vez antes de bajar” y luego ingresar a la casa de sus suegros, aquella mañana del 2 de junio, última vez que se la vio.

Otra cuestión que rebatió la abogada fue una de las pruebas más importantes: la sangre de Cecilia hallada en un colchón y en la parrilla de la cama que estaba en una habitación de la casa de los Sena y que, tras su desaparición, fue convenientemente donada a un familia del Barrio Emerenciano por orden de Marcela Acuña.

Cesar Sena y Cecilia Strzyzowski

A diferencia de la fiscalía, que sostiene que esa sangre es indicio claro de una herida, la abogada elucubró la idea de que esas manchas eran de menstruación. Dijo en primer lugar que la sangre encontrada estaba en forma de “manchitas” al borde del colchón, que Cecilia fue diagnosticada con hipermenorrea (abundante sangrado menstrual) y la última vez que la vio su ginecólogo, el 31 de enero pasado, comenzó con polimenorrea (menstruación más frecuente de lo considerado normal). “Si le hubieran dado muerte no habría una manchita sino algo más abundante”, explicó.

También se refirió a la detallada declaración brindada a la fiscalía por Gustavo Obregón, mano derecha de Emerenciano y chofer de César. En aquel relato, Obregón explicó cómo fue la mecánica que se usó para deshacerse del cuerpo de Cecilia: la subieron a la caja de la camioneta, la llevaron al campo Rossi, entre Tres Horquetas y Puerto Tirol, donde funcionaba la chanchería de la familia, le arrojaron combustible, la quemaron y luego de varios días, arrojaron al río Tragadero sus cenizas y partes de huesos carbonizados.

Ante este abrumador relato, confirmado por los movimientos de las celdas de las antenas de telefonía celular y por lo efectivamente hallado en el río, la abogada de César plantó la duda respecto de qué fue lo que finalmente fue quemado en aquella oportunidad. “Obregón siempre habla de un bulto o cuerpo. En ningún momento dio características, excepto que era largo, envuelto en frazada gruesa de color claro”, dijo la abogada.

“Se sabe que es un caso difícil y la presión social que se ejerce no puede incidir o influenciar en la voluntad del tribunal”, afirmó Tomljenovic, para luego solicitar que se revoque la medida de prisión preventiva y se apliquen “medidas menos gravosas”.

“Cecilia no salió”

El fiscal Gómez fue el encargado de rebatir estos planteos. Explicó que, en base a datos incorporados a la causa, Cecilia ingresó a las 9.16 a la casa de los Sena. Dijo que allí no hay una puerta individual, sino que tiene una puerta de escape que integran los portones grandes. “De allí Cecilia no salió, pero si un cuerpo envuelto en una frazada”, sostuvo.

Sostuvo además que en la misma habitación donde distintas declaraciones señalan que había un “bulto”, el cual luego fue quemado, también estaba un colchón y la parrilla de la cama con manchas de sangre. Desmintió lo dicho por la defensa de César, al señalar que eran gotas y no “chorreo”, similar al que podría dejar la menstruación. “Alguien que ya sabe ese problema hace mucho tiempo utiliza toallitas diarias”, evaluó el fiscal, al referirse a la presunta condición de Cecilia.

Con todo, dejó en claro que Cecilia estuvo en el lugar del hecho, su sangre está ahí y ella no está desaparecida por decisión propia. “No aparece porque la mataron allí entre las 12:17 y 13.01 y la mataron entre Cesar, Marcela y Emerenciano, fundamentalmente porque siempre andaban juntos. Marcela tenía motivos porque no creía conveniente Cecilia para su hijo y cuando se entera del casamiento hizo que su hijo presente el divorcio”, afirmó el fiscal.

Última imagen de Cecilia con vida.

Marcó que en la casa de los Sena también se encontraron rastros de sangre de Cecilia en el piso de la habitación donde la habrían asesinado, sus pertenencias y billetera estaban quemadas en el patio de la casa y también se constató que ella estaba segura de que iba a realizar el viaje teniendo en cuentas las búsquedas que hizo en Google previo a su muerte, vinculadas con lugares para recorrer y cafeterías de Buenos Aires.

Gómez consideró además que el lugar elegido para el crimen no fue casual. “La llevan a la casa porque se consideraban impunes, porque allí se sentían cómodos e iban a tener gente que dependían de ellos como para hacer desaparecer gente como lo hicieron, la llevaron a su fortaleza y es donde más impunes se creían”, sostuvo.

Recordó que César Sena usó el celular de Cecilia para hacerse pasar por ella con la idea de hacer creer a la familia de la joven que estaban en Buenos Aires, además de hacer hincapié en las marcas defensivas que tenía el sospechoso, las cuales aparecieron después del mediodía de ese viernes. Y que, casualmente, todos los imputados dijeron haber perdido sus celulares al momento de ser detenidos.

Tras enumerar otras múltiples evidencias que apuntan hacia el femicidio y ocultamiento del cuerpo de Cecilia, el fiscal reconoció que en un caso tan complejo como este (donde ni siquiera se encontró el cuerpo de la víctima) es muy dificultoso obtener una prueba totalmente comprometedora, como una filmación del momento en que se consumó el femicidio, por ejemplo. “Si se quiere una prueba contundente”, sostuvo Gómez, “no se la va a tener, porque estos hechos se produjeron entre cuatro paredes”.

 


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