Se presenta en la Feria del Libro de Resistencia la opera prima del periodista Leonardo Gentile titulada “Satán de los Esteros. Crónica de un crimen ritual”, editada por Sudamericana. La obra narra de manera magistral uno de los asesinatos más impactantes de la historia reciente argentina: el caso de Ramoncito, un niño mercedeño de 12 años, torturado y decapitado en un rito satánico. Un adelanto del libro que, desde la tradición del periodismo narrativo, propone una novela policial pero en clave política y judicial.
Martes, 29 de agosto de 2023

Por Andrea de los Reyes
El 8 de octubre de 2006, tras días de búsqueda, un hallazgo conmociona a la aparentemente serena ciudad correntina de Mercedes, ubicada a poco más de 200 kilómetros de la capital provincial y portal de entrada a los Esteros del Iberá. En un escampado, al costado de la antigua Estación de Trenes, encuentran el cadáver de Ramón González, un niño de 12 años que vivía deambulando por las inmediaciones de la terminal de colectivos y estaba perdido desde unos días antes.
La imagen es dantesca. Dispuesto como una ofrenda satánica, el cuerpo no tiene sangre y está decapitado. Se supo luego que Ramoncito o Moná, como le decía su familia, fue torturado durante días en una casa alquilada y que unos meses antes había sido reclutado junto a otros niños, niñas y adolescentes para la prostitución por un grupo de personas que practicaban un conjunto de estrambóticos ritos oscurantistas.
Desde ese día de octubre y por los siguientes meses, el crimen sería la principal noticia policial en Corrientes y, en menor medida, en Argentina. Policías, fiscales, agentes judiciales, un antropólogo social, una forense especializada, la familia y amigos del niño, además de integrantes de organizaciones sociales trabajaron para conseguir justicia por tan espantoso crimen.
El asesinato de Moná desarmó una compleja y bizarra red criminal. En los márgenes de la ciudad de Mercedes operaba a sus anchas un grupo de personas que reclutaba niños, niñas y adolescentes para la explotación sexual infantil, la pornografía y el tráfico de drogas. El predio de la Cruz Gil (altar del Gauchito), estancias turísticas en los Esteros del Iberá, la terminal de micros de la ciudad y otros espacios fueron señalados como sitios de horror. Se mezclaban con estos delitos rituales que combinaban diversas prácticas mítico religiosas. El giro propuesto es que esos crímenes, articulados con cruentos ritos, no sólo tenían lugar en la periferia urbana y social. También aparecían, de manera velada pero brutal, en el corazón económico, político y social de Mercedes.
Esta es la trama que narró con magistral precisión el periodista porteño, Leonardo Gentile, en su ópera prima “Satán de los Esteros. Crónica de un crimen ritual” editada por Sudamericana. La obra se presenta este viernes 8 de septiembre en la Feria Iberoamericana del Libro, FIL Chaco 2023, en una conversación entre el autor y el periodista y co-director de LITIGIO, Bruno Martínez.
Como premisa central, Gentile sostiene que el crimen de Moná y los delitos que lo envolvieron no serían posibles sin la participación de empresarios, referentes políticos y actores judiciales que encubrieron o bien financiaron al estrafalario grupo de personas que participó en el asesinato ritual.
Puro periodismo
Una vez enterado del caso Gentile comenzó a indagar sobre los dispositivos rituales y míticos que lo envolvieron. Se acercó al hecho con un supuesto que descartó de inmediato y se sumergió en una investigación periodística que le llevaría diez años. Analizó una y otra vez el expediente judicial y los documentos reservados del equipo policial. Compartió decenas de entrevistas con forenses, fiscales, agentes policiales y de la justicia para comprender – y poder relatar – la dimensión del espanto.
Conoció a la tía de Moná, a familiares y amigos. Escuchó la principal evidencia de la causa y pudo hablar con “Marianita”, la testigo protegida que reconstruyó el crimen entre el trauma y la precisión. Conversó con empresarios, políticos y referentes sociales que fueron señalados, pero jamás imputados, por financiar al grupo criminal. Dialogó cara a cara con dos de los diez condenados. Sintió miedo.
Gentile desplegó todo el arsenal del periodismo clásico. La entrevista, el análisis de la causa judicial y la revisión obsesiva de archivo, para convertir la densidad y oscuridad de toda esa información en una crónica novelada que recupera y actualiza la tradición de clásicos como “A Sangre Fría” de Truman Capote o la crónica policial contemporánea de Ricardo Ragendorfer y Rodolfo Palacios.
Entregarse al caso fue “como hacer un viaje a una región en la que cuando uno llega te das cuenta que no hay camino de vuelta”, dijo en una entrevista en el programa Todos los Vientos por Radio UNNE y reconoció que la cantidad de testimonios y la necesidad de hablar de la gente de Mercedes, llegó a abrumarlo.
“Creo que tenemos que entender a los personajes del libro como personas que se mueven en una determinada realidad, por lo tanto, en algunos momentos son muy valientes, en otros momentos tienen flaqueza y cuando (los personajes de un libro) son reales pasa esto, no son héroes de bronce, son muy humanos. Entonces, muestran en algunos momentos debilidades, en otros momentos están más que a la altura de las circunstancias”, relató al referirse a los personajes que reconstruyen en el expediente judicial y en su libro la trama social del crimen.
Tal vez uno de los aspectos más relevante del trabajo, además de la voluminosa recopilación de fuentes, es el tratamiento político-judicial del crimen. El asesinato ritual de Ramoncito no se concretó sólo por un grupo de gente desequilibrada sino por un sistema marginal en el que conviven el narcotráfico, la pedofilia y la trata de personas. “Estos ritos van unidos al reclutamiento de niños y adolescentes para la prostitución. No serían posibles sin la participación de los principales empresarios de la ciudad”, dice Martha Pelloni en una de las entrevistas.
De esta manera, desde una lectura situada en Corrientes, el libro es más que una novela negra o una crónica narrativa bien ejecutada. Es de manera central un trabajo periodístico denso que recoge un clima épocal y espacial. Quienes se adentren en la lectura, podrán conocer no sólo la dimensión horrorosa del crimen si no, especialmente, aspectos de la política y la sociedad correntina de las primeras dos décadas del siglo XXI.
Encontrarán allí nombres reconocibles para todos como el de los exgobernadores Arturo y Ricardo Colombi. También se menciona a dirigentes políticos de peso como la fallecida Josefina Meabe de Mathó, o la ex legisladora Rita Vanderlán, o el ex intendente y empresario Víctor Cemborain, central en la trama. Se nombra a agentes judiciales como el fiscal general César Sotelo o fiscales y jueces reconocidos. Se recupera también la muerte dudosa del empresario periodístico Hernán González Moreno y los rumores que vinculaban ambos crímenes y otros delitos vinculados a la política y a políticos de Corrientes y Mercedes.
A lo largo de una década y de las 286 páginas de su libro, Gentile vuelve una y otra vez a Corrientes. Entre entrevista y entrevista, recoge una primera satisfacción por las condenas logradas contra los autores y las autoras materiales del crimen; pero con el paso del tiempo revela la desazón por los delitos no juzgados, por la persecución a quienes ayudaron a esclarecer el crimen de Moná y por los acusados, muertos y vivos, que ni siquiera fueron imputados.
Satán y satanes
El libro pone sobre la mesa de manera nítida la verdad juzgada. Lo que la justicia pudo probar. Pero también sugiere que existía entonces y pervive todavía un sistema criminal que opera en los márgenes de la ciudad de Mercedes, que no fue del todo desarticulado.
En la entrevista con el autor, en Radio UNNE, indagamos sobre esa percepción.
―¿Vos podés identificar a un Satán de los Esteros?
―Hay ahí un plural posible, sin embargo, elegí Satán. Claro. Es que creo que hay una cabeza de esta organización. (…) Incluso ahora cuando viajé hace poquito, me fueron contando algunas cosas más, tanto en Mercedes como en la ciudad de Corrientes, que confirman lo que yo pensaba en ese momento. Hay una cabeza de la organización, y por supuesto cuando uno escribe un libro basado en hechos reales, hay que ser muy cuidadoso cuando se hacen afirmaciones, sobre todo para poder dejar en el libro todo lo que pueda ser probado y que esté chequeado.
En algunos casos tengo dudas que tuvo la justicia, o en el momento que lo escribí tenía dudas que también tuvo la justicia, y elegí la manera de mostrarlas apelando a procedimientos literarios, pero siempre basándome en testimonios de la gente con la que hablé y en hechos comprobables o comprobados. Entonces vas a notar por ejemplo que hay un personaje que afirma algo, y en realidad cuando lo afirma lo está negando. Es uno de los personajes más importantes del libro. Cuando lo afirma lo está negando. A lo mejor es la manera que encontré.
―Este personaje ni siquiera llegó a ser imputado, ¿no?
―Exacto. Es tremendo. Sí, hubo algunos que fueron sospechosos, y a partir de algunas irregularidades no se los investigó a fondo. Y otros que ni siquiera fueron imputados.
La pregunta que encabeza este artículo, que no es más que una conversación con el libro y su autor; y una invitación a leerlo, no está resuelta. Pero como sugiere la escritora Selva Almada en la contratapa de “Satán de los Esteros”: “Esta investigación periodística profunda, que narra con el pulso de la literatura el asesinato de Ramoncito, demuestra que el mal existe y es humano”.
> Aquí podés leer el adelanto oficial del libro