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Un grupo de 30 personas, comandados por los dirigentes sociales Gustavo y Walter Monzón, ingresaron a las oficinas de la Secretaría de Derechos Humanos del Chaco vociferando insultos, amenazas y discursos de odio contra los trabajadores y funcionarios del organismo. “Derechos Humanos para subversivos montoneros y delincuentes”, rezaba una de sus banderas. El gobierno realizó la denuncia penal por instigación a cometer delitos, amenazas y apología del crimen en concurso real. 

Jueves, 15 de septiembre de 2022

La Secretaría de Derechos Humanos del Chaco denunció penalmente a los dirigentes sociales Gustavo y Walter Monzón por instigación a cometer delitos, amenazas y apología del crimen en concurso real. Fue luego de que comendaran a un grupo de personas que ingresó en la mañana de este jueves de manera intempestiva al organismo estatal vociferando insultos, amenazas y discursos de odio.

A las 6 de este jueves, Gustavo Monzón utilizó su cuenta personal de Facebook para advertir que se realizaría una jornada de lucha en varios puntos de la provincia en reclamo de supuestas promesas incumplidas por parte del gobierno provincial para comunidades rurales de Basail, principalmente en lo que se refiere al enripiado de los accesos.

Además de indicar los cortes de ruta que se iban a realizar, anticipó que marcharían hasta las oficinas de la Secretaría de Derechos Humanos para denunciar la supuesta complicidad de los funcionarios de esa área con la represión policial. “Todos conocemos la debilidad que tiene su ministra de seguridad por reprimir, y más aún mujeres y niños. También sabemos que cuentan con la complicidad de la secretaría de Derechos Humanos”, escribió Monzón.

Dos horas más tarde, un grupo de unas 30 personas lideras por Walter Monzón, su hermano, ingresó de manera intempestiva a las oficinas del organismo, ubicado en Mitre 171, en el microcentro de Resistencia.

Según la denuncia radicada en la fiscalía 14, quienes entraron al edificio fueron las mujeres del grupo quienes, portando un parlante con música fuerte, comenzaron a gritarle al personal administrativo, abriendo las puertas de las oficinas con golpes sobre las puertas y gritos, y también realizaron amenazas de que iban a vandalizar el edificio (“defecarían los pisos”, sostiene el escrito).

En tanto que los hombres del grupo de manifestantes permanecieron afuera portando pancartas y banderas. “Derechos Humanos para subversivos montoneros y delincuentes”, rezaba una de ellas, al tiempo que vociferaban que debían volver los militares para que, según afirmaron, “se terminen de una vez los derechos humanos”.

Ante esto, María José Zambrino, trabajadora de planta de la secretaria y delegada del Gremio de trabajadores, comenzó a solicitarle a los empleados que abandonaran sus puestos de trabajo para su resguardo, quienes al salir fueron insultados por los manifestantes.

Una vez que Zambrino se dirigió hacia la puerta del pasillo intermedio para cerrarla y evitar el ingreso a las demás oficinas ya desalojadas, fue empujada contra la puerta por una mujer no identificada y el resto de manifestantes procedieron a abrir la puerta e ingresar dentro de las oficinas, continuando con las amenazas de defecación en los suelos y los insultos hacia los trabajadores. Desde afuera del edificio, Gustavo Monzón insistían que debían ser asesinados a tiros con la vuelta de militares. La secretaria de Derechos Humanos, Silvana Pérez y la subsecretaria, Nayla Bosch, se refugiaron en la planta alta junto al resto de los trabajadores.

Pero no quedó ahí. A las 11.30, un hombre de dicha agrupación, incitado por Walter Monzón, comenzó a efectuar golpes de puño y patadas contra la puerta de ingreso a la planta alta.  Los trabajadores tuvieron que llamar a la fiscalía en turno a cargo de Francisco Obaldia, solicitando intervención policial.

“No dejen que se vaya”

Esta situación tuvo un antecedente inmediato. El 11 de agosto pasado, se presentó Gustavo Monzón junto a unas 20 personas de la misma agrupación y que en dicha fecha solicitó hablar con la Alma González, abogada del área legal de la Secretaría de Derechos Humanos.

González se acercó hasta los manifestantes en la vereda del organismo y de un momento a otro fue rodeada por el grupo, quienes no sólo no le cedían la palabra sino que empezaron a agredirla con mensajes de odio: “Son unos subversivos. Tienen que volver los militares y cagarlos a tiros a ustedes”, vociferó Monzón. González decidió retirarse de la vereda para su resguardo, y mientras intentaba retirarse de dicha conversación, el grupo de personas la encerraron en ronda limitando sus movimientos, mientras Monzón vociferaba e incitaba al grupo de personas que no le permitieran irse. “No la dejen que se vaya. Miren como se quiere ir, son como las ratas”, espetó Monzó. La abogada amenazó con llamar a la policía si es que la seguían reteniendo y fue en ese momento que los agresores la dejaron pasar, aunque siguieron en la vereda varios minutos más gritando consignas pro dictadura militar y anti organismos de Derechos Humanos.

“No debemos ni vamos a permitir que grupos que pregonan discursos de odio y negacionistas del terrorismo de Estado violenten a las instituciones de la democracia”, señalaron desde la Secretaría a través de un comunicado.

“Nos comprometemos a realizar las acciones necesarias para el cumplimiento de las funciones que nos corresponden según manda la ley garantizando la seguridad del personal y el acceso de toda la ciudadanía a las políticas públicas de la institución”, añadieron.


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