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Un tribunal de la provincia de Entre Ríos condenó a pena unificada de 23 años de prisión efectiva al abogado, historiador y excandidato a gobernador entrerriano, Gustavo Rivas, por abusar de ocho menores de edad, por uno de los cuales ya había sido condenado en 2019. 

Miércoles, 14 de septiembre de 2022

“Con la nueva condena las víctimas fueron escuchadas. A pesar de los dolores y padecimientos que sufrieron durante mucho tiempo, ahora lograrán ver que Rivas va a pagar estos males”, dijo hoy a Télam uno de los jueces que estableció la condena, en un juicio realizado por orden de Casación, que ordenó volver a investigar hechos que habían sido declarados prescriptos.

En mayo de 2019, el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú ya había condenado a Rivas a 8 años de prisión por abuso sexual a una adolescente, tras un juicio que duró más de un mes, en el que declararon más de 100 testigos.

Sin embargo, en el marco de ese proceso, Rivas fue absuelto en otros nueve casos de abuso que se le imputaban.

De esos nueve, en uno se decidió absolverlo por el beneficio de la duda, en otro porque el denunciante desistió de la acusación, y en los siete restantes se consideró que el delito había prescripto.

Sin embargo, la fiscalía y las querellas rechazaron esa decisión y, en noviembre del 2021, la Cámara de Casación Penal de Concordia ordenó que se volvieran a investigar esos hechos.

Esta semana, el tribunal integrado por los jueces Ignacio Telenta, Gervasio Labriola y Elvio Garzón confirmó que esos siete casos no prescribieron, y condenó por a Rivas -quien había sido declarado “ciudadano ilustre” de Gualeguaychú- por corrupción y facilitación a la prostitución de esos menores de edad.

De esta forma, por siete de esos casos le impuso una pena de 15 años de prisión, alcanzando “la pena única de 23 años de prisión efectiva”.

En tanto, el juez de Garantías Tobías Podestá deberá resolver en los próximos días si Rivas cumplirá la condena en su domicilio o en una Unidad Penal.

Garzón señaló a Télam que para, establecer la pena, se tuvo en cuenta la decisión de la Cámara de Casación de Concordia, que en noviembre de 2021 ordenó un nuevo fallo, y “la legislación vigente al momento de los hechos”.

Además, confirmaron que las siete víctimas “habían tenido daño psíquico”, y que Rivas “se aprovechó” de circunstancias como su posición en la sociedad, y la “inexperiencia y situación socioeconómica de las víctimas” para llevar adelante los hechos.

“En promedio eran menores de edad, de 14 y 15 años”, detalló el juez, quien además calificó los abusos como “de los hechos más aberrantes que pueden existir”.

Por eso, remarcó que la pena busca que la víctima, que “padeció durante mucho tiempo los aberrantes hechos y sus consecuencias, de alguna manera se siente escuchada” y ahora podrán ver que Rivas “lo va a pagar con una pena”.

También, concluyó Garzón, es un mensaje para la sociedad, “que los delitos graves hay que castigarlos siempre con una pena justa, estos hechos se castigan”.

En el fallo de 2021, los jueces consideraron que los hechos “existieron y Rivas fue su autor”, y que “convirtió a esos niños en sus fetiches y objetos de placer para alcanzar su propia satisfacción sexual”.

Los abusos ocurrieron en las viviendas de Rivas, los viernes y sábados por la noche, a lo largo de los años, hasta 2011″, y fueron calificados como “graves atentados a los derechos humanos”.

La denuncia contra Rivas se originó en una publicación de la revista entrerriana Análisis Digital, que reveló que el abogado llevó a unos 2.000 niños y adolescentes a su domicilio, donde los sometía a diferentes abusos entre los años 1970 y 2010.

Durante esos años, Rivas se mostró siempre como un “referente cultural e histórico” y lo aprovechaba para ingresar en ámbitos donde había menores de edad, como la Comisión Permanente de Carrozas Estudiantiles de la ciudad, donde había sido designado “miembro honorario”.

En diálogo con Télam, uno de los integrantes de esa comisión afirmó que si bien la función de Rivas era “ayudar en temas legales, iba al puerto a mirar cómo hacían las carrozas y charlaba con los chicos”. “Era inevitable verlo”, indicó.

 

Fuente: Télam 


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