Leandro Bravo falleció el sábado 26 de febrero luego de ser detenido en la ciudad de Charata. La versión policial señala que “se desvaneció” y que llegó muerto al Hospital local. La familia lo rechaza y afirma que fue torturado. Desde el Comité contra la Tortura pidieron que la causa sea investigada por la Fiscalía de Derechos Humanos y que se aplique el Protocolo de Minnesota para muertes potencialmente ilícitas.
Miércoles, 2 de febrero de 2022
La Policía del Chaco vuelve a estar en el ojo de la tormenta. Es por la muerte de Leandro Bravo, de 37 años, quién fue detenido la tarde del sábado 26 de febrero en la ciudad de Charata. Según la versión policial, se habría descompensado mientras era examinado en el área de medicina legal y falleció antes de llegar al Hospital Llamas por un supuesto “paro cardiorrespiratorio no traumático”, según informó el fiscal de la causa Hugo Baigorrí, en base a la autopsia preliminar.
Según el relato policial, ese día, alrededor de las 16:30, una mujer llamó al 911 denunciando que un hombre quería ingresar en forma ilegal a su vivienda. Al llegar los policías al lugar, el hombre escapó pero fue alcanzado y detenido a los pocos metros. Cuando era examinado por el médico legal, habría sufrido una descompensación y falleció mientras era trasladado de urgencia al Hospital “Dr. Enrique de Llamas” de la localidad de Charata.
Sin embargo, sus familiares refutan la versión oficial. “A mi hermano lo torturaron bajo custodia policial. Hay un hecho irrevocable: a Leo lo subieron a un patrullero y lo bajaron sin vida en el hospital”, denunció su hermana en las redes sociales. En ese contexto, reveló que en el año 2017 su hermano debió permanecer quince días en terapia intensiva “después de haberle pegado hasta romperle la cara y las costillas a patadas e incluso se negaron a darle la atención médica necesaria”. Ese hecho nunca se investigó.
En su posteo, su hermana también criticó la falta de contención a las personas con consumos problemáticos. “El sistema no está preparado para proteger a los pibes en situaciones de consumo problemático; por el contrario, arremete contra sus vidas con suma violencia y estigmatización frente a su vulnerabilidad. El sistema mismo es quién los deja solos, marginados, desamparados, afuera del mundo y al borde de todo. Por si fuera poco, después manda a la cana a perseguirlos, hostigarlos, torturarlos y matarlos. La cana siempre se manejó así”, denunció.
“Le pegaron muchísimo”, relató una testigo
A esa desconfianza de sus familiares debe sumarse el relato de una mujer que habría sido testigo del episodio. “Viene el policía, lo agarra así, y lo tira como si fuera un trapo al piso donde empieza a pegarle”, relató la testigo Romina Aguirre al periodista Miguel Escalante, del canal 5 Red Televisión y AM del NEA 1400 de la ciudad de Charata.
“La policía le estaba pegando a Leo, le pegó muchísimo en todas partes del cuerpo, en su cabeza, yo vi de cerquita como ellos le pegaron”, describió. Además, reveló que fueron tres los policías que intervinieron, en principio de la Comisaría Primera de Charata, pero luego se sumaron de la Segunda y del 911. “Lo pusieron boca abajo en el piso, lo esposaron y le empezaron a pegar. Le pegaron muchísimo”, insistió.
La mujer agregó que luego lo subieron al móvil policial donde lo siguieron maniatando. “Lo iban apretando en el patrullero, siendo que Leo no hacía nada por defenderse y estaba esposado ya”, precisó.
Aguirre aseguró que “Leo tenía mucha sangre en su cuerpo, en la parte de los hombros sangraba mucho, se le notaba que tenía golpes en la parte de las costillas, en la cara, en la carretilla. Tenía muchos golpes”.
“Arriba de él estaban y le pegaban”, describió la mujer.
“Los seguí porque quería saber si él estaba bien, si el bajaba caminando en la comisaría después de tantos golpes que recibió. Leo nunca bajó del patrullero. Al ver que no bajaba Leo ya pensé lo peor porque él recibió muchos golpes, hacía mucho calor, la camioneta habrá estado re caliente, para que él no intente levantarse es raro”, comentó.
La mujer relató que debió retirarse y ya no pudo observar cuando la camioneta policial trasladó al hombre hasta el Hospital, donde se confirmó su muerte. “Solo pedí a Dios que Leo esté bien, que después de tantas cosas que le hicieron, que esté bien”, contó.
“Después me presento a trabajar y viene la mujer de él a informarme que Leo había fallecido. Y ahí me agarró una desesperación porque yo ya tenía las dudas, después de ver cómo le pegaron en todo su cuerpo, en la cabeza. Cuando me vienen a informar que Leo había fallecido me agarró una impotencia porque yo ví lo que le hicieron”, aseguró.
“Eran tres policías, no los conozco, pero si los veo me acuerdo perfectamente de la cara de los tres”, afirmó.
Al ser consultada si tenía temor a represalias por parte de los agentes, la mujer aseguró no tener “miedo” y exigió “que se haga justicia porque no porque sean policías tienen derecho a hacer esto”.
“Lo que si a mi me pasa algo, le echo la culpa a los policías porque yo no tengo problemas con nadie”, sostuvo.
“Quiero hacer esto público porque quiero que se haga justicia, justicia por Leo Bravo”, concluyó.
Según pudo saber LITIGIO, al tomar conocimiento del hecho, desde el Comité para la Prevención de la Tortura del Chaco se contactaron con la familia de la víctima y solicitarán constituirse como querellantes en la causa. En ese contexto, el organismo ya solicitó que la causa sea derivada a la Fiscalía en lo Penal Especial de Derechos Humanos Adjunta de Presidencia Roque Sáenz Peña y que se aplique el Protocolo de Minnesota para muertes potencialmente ilícitas, en este caso de una persona que se encontraba bajo custodia policial.