Compartir

El programa Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) difundió un duro comunicado criticando la decisión del juez federal Julián Ercolini por sobreseer a importantes empresarios y procesar sólo a funcionarios públicos en la causa “Cuadernos”

Paolo Rocca, titular del grupo Techint

El fallo del juez Julián Ercolini, a través del cual se sobreseen a empresarios de la talla de Paolo Rocca, y otros directivos de Techint en la causa “Cuadernos”, aduciendo causal de justificación a la hora de efectuar pagos ilegales, nos permite reafirmar la necesidad de llevar a cabo un cambio en la política criminal y en la Justicia Federal de forma urgente. La doctrina sentada a través de esta resolución nos lleva a un solo y peligroso camino: la impunidad de los poderosos.

Julián Ercolini, juez federal de Comodoro Py

Esta escandalosa resolución confirma la inmunidad de un sector en las causas penales. Se reproduce una visión en donde los/as funcionarios o ex funcionarios/as serían los únicos culpables de este tipo de delitos y los grandes empresarios serían víctimas de extorsiones o actuarían bajo causales de justificación.

No cabe ninguna duda de que quienes ejercen y han ejercido de forma corrupta la función pública deben ser investigados/as y condenados/as. Desde el CIPCE sostenemos desde hace años que los/as empresarios/as de la Patria Contratista no son víctimas sino responsables fundamentales en esta matriz criminal que continúa vigente hasta la actualidad y que se caracteriza por las fuertes presiones en materia regulatoria, el control sobre los procesos de compras públicas y la prebenda a cambio de información privilegiada.

Tanto para este caso como para cualquier otro, necesitamos una serie de reformas en las prácticas de los operadores judiciales y de los organismos de control y supervisión, como así también algunas modificaciones legales, entre ellas:

Implementar de manera urgente el nuevo Código Procesal Penal de la Nación para que la justicia federal abandone un sistema fundamentalmente escrito y secreto, y el Ministerio Público Fiscal pueda reorganizar la persecución penal.

Desarrollar políticas de prevención y persecución de la corrupción y la criminalidad económica que dejen de hacer distinciones ilegales en base al partido político involucrado en cada caso.

Garantizar una red de organismos de control y supervisión que actúen de forma coordinada y colaboren con las investigaciones judiciales.

Políticas criminales claras en materia de delitos económicos.

La conclusión es solo una: es tan corrupto/a el/la funcionario/a como las empresas y empresarios/as que corrompen.

Fuente: Prensa Inecip


Compartir