El periodista, conductor radial y presidente de la Fundación “Fútbol por los Chicos”, Claudio Barrientos, participó el viernes en calidad de jurado del primer simulacro de Juicio Civil y Comercial por Jurados del Chaco. ¿Cómo fue el proceso desde que lo convocaron hasta que se dictó el veredicto? Lo cuenta en esta nota para LITIGIO.
Martes, 7 de septiembre de 2021
Por Claudio Barrientos
El viernes me tocó vivir una experiencia sumamente enriquecedora y muy interesante: participar en calidad de jurado del Primer Simulacro de Juicio Civil y Comercial por Jurados del Chaco y experimentar y vivenciar la administración de Justicia directa desde adentro.
El caso estuvo vinculado a una demanda colectiva de recomposición ambiental. El debate se centró en la responsabilidad de una empresa que realizó un desmonte ilegal con el objetivo de utilizar esas tierras para sus negocios.
Finalmente, como jurado emitimos un veredicto: encontramos a la empresa responsable en forma total de los daños ocurridos y se la condenó a una indemnización por recomposición ambiental por el monto de más de 171 mil millones de pesos.
¿Cómo llegué a ser jurado? Camila Parra, del equipo de trabajo de la Subsecretaria de Justicia, Lourdes Polo Budzovsky, fue quien me invitó. Desde el primer momento me sentí gratificado por la invitación y en ningún momento se me pasó por la cabeza declinar. Sólo me hizo dudar algunas fechas de una misión que teníamos con la Fundación “Fútbol por los Chicos” que originalmente estaban prevista para ese día pero enseguida se reprogramaron.
La organización estuvo muy bien. Nos habían convocado para las 17.30 y fui el primero o segundo en llegar. Todos fueron muy amables. Nos guiaron hasta una sala exclusiva para el Jurado en el segundo piso de Casa de las Culturas, en Resistencia. Allí nos esperaba una coordinadora. Nos dieron material bibliográfico y nos ofrecieron un café, agua y masas.
El material bibliográfico era un instructivo para el Jurado de todo el proceso de esta modalidad y los datos de la causa del Juicio Civil y Comercial. Después de unos 30 minutos en esa sala nos convocaron al recinto en donde la jueza nos dio la bienvenida y nos instruyó acerca del proceso a seguir. Nos habló sobre las reglas y obligaciones de Jurado y un sumario de todas las partes del proceso.
En el mismo lugar, luego del comienzo del juicio, escuchamos a las partes: primero a la demandante y luego a la demandada.
A pesar de ser sólo un simulacro, el clima en el recinto fue de seriedad absoluta y de máxima concentración. Jamás pareció un simulacro. Se sintió fuerte en nuestras manos la densidad de administración objetiva de Justicia.
Después de la presentación de las partes, fueron llamados al recinto un testigo de la querella, un ingeniero agrónomo que actuó como perito en la valoración de pruebas y por último a la parte demandada.
¿De dónde se tomó el monto para la indemnización? El monto se conformó en función del costo calculado por el perito actuante de la recuperación de la fertilidad de esos suelos a lo largo de 20 años.
La deliberación final del Jurado fue en un contexto ameno, distendido, sumamente responsable y respetuoso de las diferentes visiones que en suma enriquecieron el veredicto.
El fallo fue una decisión unánime del Jurado después de un proceso de unas cuatro horas de duración. A lo largo de esas cuatro horas pude dimensionar la inmensa responsabilidad de administrar Justicia directa. Y pude aprender y experimentar sobre sus reglas, sus obligaciones y su instrumentación.
Me pareció un ejercicio fascinante y que requiere de mucha integridad y responsabilidad individual. Además de lo vivencial en lo personal, celebro este salto hacia adelante en esta modalidad en nuestra provincia.
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